Era de justicia.Al final van a poner coto a las pretensiones de las compañías que, aún declarando cuantiosos beneficios, pretendan despedir a miles de trabajadores cargando a los contribuyentes con los costes que de los despidos se deriven, de una forma o de otra.
Lo de Telefónica sólo cabe calificarlo de pornográfico en lo moral.En un mismo día anuncian unos beneficios tan abultados como los despidos que se proponen llevar a cabo acto seguido. ¿ En qué mundo viven?. La pregunta es retórica, claro está. Una empresa que fue capaz de fichar en su día a Eduardo Zaplana como alto ejecutivo estoy seguro que habrá de brindarnos pagínas memorables (aún más), en el apartado ético de las relaciones laborales de nuestro país. Tiempo al tiempo.
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