jueves, 19 de diciembre de 2013

CAZAFANTASMAS

“CAZAFANTASMAS" Nuestros gobernantes populares andan de capa caída y se les ve cada vez más nerviosos. No es la conciencia por todos los estropicios cometidos la que les viene aguijoneando el espíritu, porque no la traen instalada de casa, vean si no el sentido de su voto para evitar el corte de suministros básicos a las familias necesitadas . Lo que sucede es que barruntan el cada vez más próximo descalabro electoral, y ahí sí que les duele. Uno no puede dejar de recordar lo que sucedió tras los terribles atentados de Madrid. Sabían mejor que nadie quién estaba detrás y hasta el último momento se intentaron agarrar a los resortes del poder sin miramientos y no se les ocurrió nada mejor que proyectar en TVE, en vísperas de la jornada electoral, “La pelota vasca”, empecinados como estaban en señalar a ETA como la responsable. Lo normal para ellos es ostentar el poder. Así es fue durante 40 años tras arrebatárselo a los advenedizos de la II República y no les ha ido tan mal. Ahí andan impunes aún los últimos torturadores del franquismo, contra los que sus víctimas han tenido que cruzar el Atlántico hasta Argentina a declarar, porque aquí la justicia los ha blindado , al tiempo que expulsaba de la carrera judicial, por si acaso, al único juez que se atrevió a señalarlos con el dedo. Esa asunción inconsciente hace que no duden en tensar la cuerda al máximo y salir a hacer declaraciones con la voz engolada y el gesto grave de los que hicieron gala Javier Arenas y Eduardo Zaplana en aquellos terribles momentos para nuestro país. Algunos incluso creyeron entrever alguna insinuación sobre medidas extremas que hubiesen tenido un impacto de inciertas consecuencias para el ordenamiento democrático. Por suerte para todos, y especialmente para ellos , a juzgar por sus fulgurantes carreras en empresas privadas/privatizadas, todo sea dicho, la cosa no fue a mayores. La izquierda por su parte, aún no se ha repuesto de las terribles secuelas que en su ADN al parecer dejaron los largos años de franquismo, y se achanta ante los órdagos que se le lanzan de las bancadas populares. No hay más que recordar cómo fueron los últimos meses del gobierno de Zapatero en el Parlamento, cuando se les veía acogotados en sus escaños sin capacidad de reacción, con la parálisis que en ocasiones trae aparejada el pánico. En el País Valenciano, por su parte, todo adquiere unas dimensiones “falleras”, por decirlo de alguna manera: exageradas, escandalosas, esperpénticas, después de 20 años de gestión de los populares. La última ha sido el cierre de Canal 9, pero hete aquí que cuando en una de las atribuladas salidas del Molt “Honorable” President Fabra, los niños de un colegio público le reprochan el cierre de la televisión y piden su dimisión ,- que por otra parte reclaman, creo yo, hasta las gaviotas de su anagrama-, resulta que va un concejal y no se le ocurre nada mejor que grabar con su teléfono a los pequeños facinerosos, con la autoridad que les confiere, digo yo que será, el gran prestigio y ascendiente moral que han venido atesorando en sus interminables años de gobierno. En un país normal, regido por personas con un mínimo de sentido común y dos dedos de frente, esta actitud de un cargo público hubiera conllevado un reproche automático, una condena pública y una fulminante petición de dimisión del descerebrado edil. Pero aquí lo único que ha trascendido es la apertura de un expediente informativo al colegio público donde estaba escolarizados los chavales, acusaciones de manipulación por parte de los profesores, a los que ya acusaron en su día de ser culpables del fracaso económico de Terra Mítica, y por si era poco, veladas amenazas de expulsión de la función pública, de probarse manipulación y de mediar alguna denuncia paterna, como se dejaba caer algún periódico afín, aportando ideas, por si acaso. A los padres se nos pide firmar una autorización para dejar que se tomen imágenes de nuestros hijos en el colegio. ¿Quién vela aquí por el derecho de los pequeños a quienes el concejal del PP tiene grabados en un teléfono móvil probablemente más inteligente que su propietario? ¿Qué uso van hacerse de esas imágenes tomadas sin autorización, ni derecho alguno? ¿ A quién o quiénes se van a distribuir y quién las va a custodiar? Lo único que se ha escuchado es una apelación a la tranquilidad del representante del PSPV, que se diría que, viéndose ya investido con la púrpura del poder, pretende despeinarse demasiado lo mínimo posible en los previos. Ningún juez ha dicho esta boca es mía y el defensor del menor debe estar de puente. Es cierto que sólo quedan dos años para las elecciones y suele decirse que en los momentos críticos es cuando sale a relucir lo mejor y lo peor del alma humana. En el caso que nos ocupa y visto de lo que han sido capaces de hacer con el País Valenciano cuando el viento soplaba a su favor, aterroriza pensar en cómo pueden reaccionar cuando se vean acorralados por las circunstancias, ahora todas adversas, (les faltaba lo de los clubes de fútbol y la Fórmula I ), la justicia y cada vez más , por unos ciudadanos que empiezan a dar muestras de un creciente hartazgo. Pero con todo, siendo todo esto cierto, el primer cortafuegos lo deberían constituir los partidos de la oposición, que por mucho trabajo que se les vaya acumulando por los desmanes del PP, deberían dejar a un lado complejos y rencillas para salir al quite con más presteza y contundencia. Todos, posiblemente ellos también, dormiríamos más tranquilos, porque los únicos que parece que están preparándose para los tiempos que al parecer anticipan, son los populares, sembrando de concertinas el marco de libertades que con tanto esfuerzo se había ganado en nuestro país, a base de amordazar a los ciudadanos y desatar de nuevo el fantasma de la represión poblando nuestros espacios públicos de matones privados y ahora, por si fuera poco, con un camión con cañones … de agua, faltaría más.