jueves, 19 de diciembre de 2013

CAZAFANTASMAS

“CAZAFANTASMAS" Nuestros gobernantes populares andan de capa caída y se les ve cada vez más nerviosos. No es la conciencia por todos los estropicios cometidos la que les viene aguijoneando el espíritu, porque no la traen instalada de casa, vean si no el sentido de su voto para evitar el corte de suministros básicos a las familias necesitadas . Lo que sucede es que barruntan el cada vez más próximo descalabro electoral, y ahí sí que les duele. Uno no puede dejar de recordar lo que sucedió tras los terribles atentados de Madrid. Sabían mejor que nadie quién estaba detrás y hasta el último momento se intentaron agarrar a los resortes del poder sin miramientos y no se les ocurrió nada mejor que proyectar en TVE, en vísperas de la jornada electoral, “La pelota vasca”, empecinados como estaban en señalar a ETA como la responsable. Lo normal para ellos es ostentar el poder. Así es fue durante 40 años tras arrebatárselo a los advenedizos de la II República y no les ha ido tan mal. Ahí andan impunes aún los últimos torturadores del franquismo, contra los que sus víctimas han tenido que cruzar el Atlántico hasta Argentina a declarar, porque aquí la justicia los ha blindado , al tiempo que expulsaba de la carrera judicial, por si acaso, al único juez que se atrevió a señalarlos con el dedo. Esa asunción inconsciente hace que no duden en tensar la cuerda al máximo y salir a hacer declaraciones con la voz engolada y el gesto grave de los que hicieron gala Javier Arenas y Eduardo Zaplana en aquellos terribles momentos para nuestro país. Algunos incluso creyeron entrever alguna insinuación sobre medidas extremas que hubiesen tenido un impacto de inciertas consecuencias para el ordenamiento democrático. Por suerte para todos, y especialmente para ellos , a juzgar por sus fulgurantes carreras en empresas privadas/privatizadas, todo sea dicho, la cosa no fue a mayores. La izquierda por su parte, aún no se ha repuesto de las terribles secuelas que en su ADN al parecer dejaron los largos años de franquismo, y se achanta ante los órdagos que se le lanzan de las bancadas populares. No hay más que recordar cómo fueron los últimos meses del gobierno de Zapatero en el Parlamento, cuando se les veía acogotados en sus escaños sin capacidad de reacción, con la parálisis que en ocasiones trae aparejada el pánico. En el País Valenciano, por su parte, todo adquiere unas dimensiones “falleras”, por decirlo de alguna manera: exageradas, escandalosas, esperpénticas, después de 20 años de gestión de los populares. La última ha sido el cierre de Canal 9, pero hete aquí que cuando en una de las atribuladas salidas del Molt “Honorable” President Fabra, los niños de un colegio público le reprochan el cierre de la televisión y piden su dimisión ,- que por otra parte reclaman, creo yo, hasta las gaviotas de su anagrama-, resulta que va un concejal y no se le ocurre nada mejor que grabar con su teléfono a los pequeños facinerosos, con la autoridad que les confiere, digo yo que será, el gran prestigio y ascendiente moral que han venido atesorando en sus interminables años de gobierno. En un país normal, regido por personas con un mínimo de sentido común y dos dedos de frente, esta actitud de un cargo público hubiera conllevado un reproche automático, una condena pública y una fulminante petición de dimisión del descerebrado edil. Pero aquí lo único que ha trascendido es la apertura de un expediente informativo al colegio público donde estaba escolarizados los chavales, acusaciones de manipulación por parte de los profesores, a los que ya acusaron en su día de ser culpables del fracaso económico de Terra Mítica, y por si era poco, veladas amenazas de expulsión de la función pública, de probarse manipulación y de mediar alguna denuncia paterna, como se dejaba caer algún periódico afín, aportando ideas, por si acaso. A los padres se nos pide firmar una autorización para dejar que se tomen imágenes de nuestros hijos en el colegio. ¿Quién vela aquí por el derecho de los pequeños a quienes el concejal del PP tiene grabados en un teléfono móvil probablemente más inteligente que su propietario? ¿Qué uso van hacerse de esas imágenes tomadas sin autorización, ni derecho alguno? ¿ A quién o quiénes se van a distribuir y quién las va a custodiar? Lo único que se ha escuchado es una apelación a la tranquilidad del representante del PSPV, que se diría que, viéndose ya investido con la púrpura del poder, pretende despeinarse demasiado lo mínimo posible en los previos. Ningún juez ha dicho esta boca es mía y el defensor del menor debe estar de puente. Es cierto que sólo quedan dos años para las elecciones y suele decirse que en los momentos críticos es cuando sale a relucir lo mejor y lo peor del alma humana. En el caso que nos ocupa y visto de lo que han sido capaces de hacer con el País Valenciano cuando el viento soplaba a su favor, aterroriza pensar en cómo pueden reaccionar cuando se vean acorralados por las circunstancias, ahora todas adversas, (les faltaba lo de los clubes de fútbol y la Fórmula I ), la justicia y cada vez más , por unos ciudadanos que empiezan a dar muestras de un creciente hartazgo. Pero con todo, siendo todo esto cierto, el primer cortafuegos lo deberían constituir los partidos de la oposición, que por mucho trabajo que se les vaya acumulando por los desmanes del PP, deberían dejar a un lado complejos y rencillas para salir al quite con más presteza y contundencia. Todos, posiblemente ellos también, dormiríamos más tranquilos, porque los únicos que parece que están preparándose para los tiempos que al parecer anticipan, son los populares, sembrando de concertinas el marco de libertades que con tanto esfuerzo se había ganado en nuestro país, a base de amordazar a los ciudadanos y desatar de nuevo el fantasma de la represión poblando nuestros espacios públicos de matones privados y ahora, por si fuera poco, con un camión con cañones … de agua, faltaría más.

sábado, 30 de noviembre de 2013

"TIEMPO DE SILENCIO"

“TIEMPO DE SILENCIO.” DIARIO INFORMACION DE ALICANTE 7 de diciembre de 2013 Leí la novela de Martín Santos, de la que he tomado prestado el título, cuando cursaba el C.O.U. (Curso de de Orientación Universitaria) en el instituto de Altea, . La obra , única del autor fallecido tempranamente, supuso toda una revolución en la literatura española y retrataba a una España depauperada, con una clase media sumida en la miseria que amenazaba la plácida existencia de las clases acomodadas de Madrid. Quién nos iba a decir que la realidad actual, décadas más tarde fuera a presentar tantos puntos en común con aquella otra. Nuestros médicos, cuya formación es elogiada en todo el mundo, no es que se vean obligados a criar ratones para poder experimentar con ellos en su lucha contra el cáncer, como le sucedía a Pedro, protagonista de la novela; es que tienen que salir pitando ellos mismos directamente del país, porque se han terminado los fondos de los que se nutrían sus líneas de investigación y aquí, como al parecer molestan, pues ponen en evidencia a los responsables políticos de turno, se apela a su espíritu emprendedor para sacárselos de encima Tampoco tardaremos mucho en leer en la prensa, ojalá me equivoque, lamentables casos de jóvenes desangradas por abortos clandestinos, como el que sufrió Dorita, otro personaje de la obra, de aprobarse la Ley del Aborto del ministro de justicia que pende sobre nuestras cabezas, a lomos de la que regresaremos por arte de biri birloque a esos tiempos cuando sólo las niñas bien podían abortar en las clínicas de Londres o Amsterdam , mientras sus padres probablemente se anduvieran persignando al tomar la comunión.. El acceso de los jóvenes de las clases más desfavorecidas a la educación con la que conseguir no sólo la inserción laboral y promoción social, a la que tienen derecho, sino también su propia formación íntegra como ciudadanos libres, conscientes y críticos con el espacio y el tiempo en los que les ha tocado vivir, se convertirá de nuevo en una quimera con la ley Wert, un camino minado cuyas cunetas las sembrarán por multitud los sueños truncados de todos aquellos a las que una educación clasista y retrógada se habrá cobrado como pieza.. Y al final, tampoco habrá lugar para la indignación en esta España que el PP esculpe un día sí y otro también , a golpe de decreto ; como tampoco lo había en la España Franquista de Martín Santos a la que por una carambola del destino parecemos regresar. Ya está al caer la nueva ley de orden público, donde las multas serán de hasta 600.000 en un país donde el salario medio apenas supera los 600 euros, las pensiones no alcanzan los 400 y a los del Erasmus se les escamotean hasta los 100 euros migajas que ya les otorgaban graciosamente a regañadientes y que apenas les llegan para pagar la luz allí donde se forman en pos de un futuro mejor. En casa,para acabar , nos han terminado cerrando una televisión y una radio, que me resisto a calificar de públicas. Durante veinte años el Partido Popular ha cabalgado a sus lomos espoleándola para diezmar toda oposición o pensamiento crítico a su gestión. Nunca rechistó nadie en su seno. Ignoraron a las víctimas del accidente del metro de Valencia y a sus familiares, que tuvieron que sumar a su dolor, el oprobio de saberse invisibles en los medios de comunicación que ellos colaboraban a financiar con sus impuestos. Miraron hacia otro lado en el escándalo de los trajes de Camps y el caso Gürtel. Dejaron de lado a los miles de profesores , médicos y empleados públicos puestos en la calle por los mismos que ahora han dan el cerrojazo a sus emisoras de radio y televisión. No repararon en los niños sin libros de texto, ni comedor ni autobús, recorriendo miles de metros de camino al colegio mientras sorteaban todo tipo de trampas mortales. Se taparían la nariz, es de suponer , con las trapacerías llevadas a cabo con la visita del Papa de las que ellos fueron testigos de cargo y durante 20 años han ninguneado a los representantes de miles de valencianos en los partidos de la opisición. Es comprensible, en lo humano, el dolor, la rabia y la indignación que sienten por su despido; en su caso, tal vez aumentado por la mala conciencia de saberse colaboradores necesarios, por acción u omisión en el saqueo sistemático que el Partido popular ha perpetrado en la Comunidad Valenciana, (incluso en los campos de exterminio nazis habían saboteadores y aquí nadie les pedía tamaña heroicidad), pero de ahí a erigirse como lo que rezaba el cartel de una trabajadora indignada de Canal 9 , : “ La veu de un poble”, media una distancia insalvable. Por duro que suene lo que fueron, ellos mismo lo han reconocido, es la “voz de su amo”, al que vendieron su dignidad -léase profesionalidad, si se prefiere- por un plato de lentejas y al final se han quedado sin dignidad ( con todas las honrosas excepciones que se quiera), y sin lentejas. El que partidos políticos, sindicatos, asociaciones, a los que en el último mes en un sospechoso abceso de “profesionalidad” les han acabado dando voz atropelladamente, les hayan arropado, sólo demuestra en mi modesta opinión dos cosas: que ni el pueblo valenciano se mereció nunca una radio y televisión como la que tuvieron, ni ellos un pueblo como el que al final se han dado cuenta ( o eso espero), que tienen.

miércoles, 23 de octubre de 2013

"A L'ALFAS, ALLARGA EL PAS" ( En L'Alfàs acelera el paso")

“A L'ALFAS, ALLARGA EL PAS” Estoy casi seguro que a todos los alfasinos de mi generación les sería imposible evocar su niñez en L'Alfàs sin vincularla sentimentalmente en mayor o menor medida al cine. En aquellos duros años de los sesenta, las sesiones, algunas dobles, del cine “Mariluz” eran todo un aliciente los domingos, cuando ilusionados salíamos de la iglesia a descubrir que nos deparaba la tarde en los afiches estratégicamente dispuestos frente a la panadería de “María Luisa”. En alguna ocasión me pregunté cómo una familia modesta como la mía, podía permitirse el lujo de costear cuatro entradas cada domingo y fue cuando con una sonrisa , recordó con afecto mi madre como , hasta ya bastante crecidos, Pepe “El Panader”, hacía la vista gorda a la hora de recoger las entradas. Imagino que esto mismo sucedería con muchos más niños de L'Alfàs. Y así es como los de mi generación fuimos creciendo, con la inmensa suerte, pienso yo ahora, de tener a nuestro lado una la programación del cine en cualquiera de sus diferentes etapas, que sin duda contribuyó decisivamente a nuestra formación,intelectual e incluso sentimental, si me aprietan,; porque como decía un antiguo profesor de Latín, , “vale más una buena película que diez libros de historia”. Después está también la grabación de “La Estatua”, película que rodada en L'Alfàs, contó con todos sus habitantes como figurantes ocasionales, aspecto éste que todos relataban entre divertidos y orgullosos y que hemos tenido oportunidad de visionar en alguna ocasión posteriormente. En resumidas cuentas y para no extenderme, es como si de alguna manera los alfasinos tuviéramos en nuestro ADN sentimental, una indeleble vinculación con el séptimo arte. Yo creo que fue, precisamente esta vinculación la que en los momentos de mayor crispación política de la etapa democrática de nuestro municipio, cuando se vivieron momentos de extrema tensión y enconamiento, y que por desgracia me tocó vivir en primera persona, nunca se rompió el consenso en lo que concierne al Festival de Cine de L'Alfàs del Pi. Con los dos alcaldes populares de L'Alfàs, Juan Davó y Gabriel Such se aprobaron mociones e iniciativas políticas reconociendo la importancia que para la imagen del municipio ha tenido el Festival de Cine y el decisivo papel que la familia Pérez Ivorra ha desempeñado tanto en la organización del mismo como en la gerencia del entrañable Cinema Roma. Es por eso que me parece inquietante e inexplicable unas declaraciónes de la presidenta del Partido Popular , donde expone su voluntad de suspender temporalmente la celebración del Festival de Cine de L'Alfas en el caso (más que improbable, por fortuna), de que acabe gobernando. Pero lo cierto es que aparecen en un panfleto donde en ocasiones ha cuestionado la utilidad del Festival L'Alfàs porque no ha contribuido a vender casas y pisos en el municipio; como si el prestigio y autoridad moral de una persona estuviera, estableciendo un paralelismo, en relación directa con las actividades mercantiles que ejecuta. Esto es sin duda una aberración, y lo es más, sin duda, viniendo de la candidata de un partido que ha arruinado a la Comunidad Valenciana, con parques temáticos, Ciudades de las Luces, Oceanogràfics, y un largo etc. Y ya a nivel local, a tiro de piedra tenemos ejemplos de megalomanía que han convertido en productos de saldo macroproyectos levantados con dinero público, imposibles de sostener porque sólo eran viables en los delirios de grandeza que emborracharon a gran parte de los cargos públicos populares palmeros primero de Zaplana y posteriormente de Camps, porque a “cintura” no les gana nadie. Es posible que el Festival pueda mejorarse, sin duda pueden haberse cometido errores, estoy casi dispuesto a conceder , aunque muy a regañadientes, que mi amigo Javier Pascual, subdirector del certamen, dista mucho de parecerse a George Clooney, pero no creo que se pueda cuestionar el efecto positivo que tiene el que el nombre de L'Alfàs del Pi, haya venido indisociablemente unido al de su Festival de Cine . Posiblemente de la misma manera que el nombre de la candidata del Partido Popular difícilmente se podrá librar de la expresión que tan desafortunadamente pronunciara en una mesa electoral en unas elciones pasadas dirigiéndose a una pobre votante impedida: “No vota, no vota” Porque el prestigio de algo o alguien no esta en función del saldo de su cuenta bancaria.Es más, los valores que realmente importan en la vida suelen ser intangibles aunque en ocasionen impregnen nuestras almas y nos ayuden de forma decisiva a ser mejores personas, más tolerantes con los defectos de los demás a la vez que exigentes con nosotros mismos. Por eso cuando la candidata publica sus declaraciones en una revista en la que se puede leer expresiones como “En L'Alfàs mira lo que fas”, y en “L'Alfàs allarga el pas”, sin quererlo, está facilitando la explicación. No es que precise un GPS para ir de la iglesia al estanco, como insinúan las malas lenguas, lo que sucede, y esto es mucho más grave y difícil de subsanar, es que carece de vinculación afectiva alguna con L'Alfàs; algo que no sucedía en modo alguno con los dos alcaldees populares que hemos tenido. Por eso, y siguiendo con el mantra que tanto les gusta entonar a los políticos del PP en tiempos de recortes, “Hay que hacer más con menos”, yo, modestamente y sin ánimo de ofender, me atrevería a decir que en L'Alfàs en lo que concierne a la talla política y visión de futuro de los actuales cargos del Partido Popular, tal vez pudieran hacer más,- aunque lo dudo-_, pero con menos, estoy absolutamente convencido de que no, porque con “estos mimbres”, no hay duda de que deben de haber tocado fondo.

sábado, 27 de abril de 2013

La estética de la derrota

Un amigo me comentaba al poco de instalarse entre nosotros hace ya algún tiempo la admiración que sentía por nuestra Comunidad donde, según él, se había sabido conjugar la industria siderúrgica con la juguetera, la de la del calzado con la de muebles y la azulejera con la agricultura y todo esto bajo las alas protectoras de la “gallina de los huevos de oro” del turismo y con un red de entidades financieras de la tierra, engrasando una economía que albergaba la tercer bolsa del país. Han bastado apenas dos décadas de (des)gobierno popular para disolvernos como autonomía como haría un terrón de azúcar en un vaso de agua. De poco nos ha servido en el País Valencià nuestro glorioso pasado, las reminiscencias épicas que siempre hemos querido ver encarnadas en nuestro tan traído y llevado “penó de la conquesta” o el rigor intelectual con el que Sanchis Guarner se aproximara a nuestra milenaria historia en su emblemática obra “Història del País Valencià”. Los que se auto proclamaban “salvadores del Reino de Valencia”, de cuyas esencias aseguraban tener el “copyright”, han terminado por difuminar nuestras señas de identidad más básicas, hasta el punto de que una autonomía como Extremadura haya acabado teniendo un perfil reivindicativo mucho más marcado que nosotros en lo que respecta a algo tan elemental y justo como reclamar el pago nuestra deuda histórica que, casualidades de la vida, no ha hecho más que crecer al mismo tiempo que lo ha hecho la deuda de la Comunidad, que acabarán teniendo que pagar nuestros hijos y nietos. Pero lo cierto es que el valencianismo de los populares siempre ha sido una impostura, como la de aquellos que se partían la garganta reivindicándolo al tiempo que hablaban a sus hijos en castellano. Los últimos acontecimientos no hacen sino confirmar esta teoría aunque en su génesis haya también que situar su debilidad por lo ajeno, en especial si es público, es decir de todos, sin olvidar también su nefasta gestión en muchos casos por pura incompetencia. Al final la economía está como está, “hecha unos zorros”, con perdón; los bancos ni siquiera están , de la bolsa de Valencia no se acuerda nadie, de los equipos de fútbol y las extrañas circunstancias de su financiación, la que se ha acabado acordando, para su desgracia, es Bruselas y el fallecimiento del cardenal de Ricard Maria Carles , qué paradoja, sólo pudo seguirse en la tan denostada TV3. Es por eso que no me extrañó nada no hace mucho escuchar por la radio la que montó el Partido Popular de la Comunidad Valenciana con motivo de una exposición de la Universidad de Alicante sobre los años previos a la nuestra autonomía. Una exposición, por lo demás absolutamente inofensiva,que se limitaba a mostrar una serie de carteles que por aquel entonces nos convocaban "als aplecs", actos de reivindicación de nuestras señas de identidad y libertades aún por consolidar. A los populares se les puede tildar de muchas cosas pero no de tontos. Lo que sucede es que este tipo exposiciones, que a mí personalmente me producen cierta tristeza al comprobar la ilusión que incautamente tuvimos y en lo que ha quedado todo, les ponen en evidencia, dado que ellos nunca estuvieron en la lucha, en las reivindicaciones, ocupados como estaban, poniendo palos en las ruedas. Las fotos de jóvenes entonando cánticos, de cantautores congregando a miles de valencianos sedientos de libertades y desbordantes de ilusión y esperanza en el futuro, se me antojan ahora una especie radiografia aséptica de un momento histórico en el que, ni estuvieron. ni se les esperó. Más bien al contrario, los teníamos enfrente. Su arrogancia y autoritarismo no les deja ver que que llevan casi veinte años gobernando, aupados por la mediocridad y política alicorta de una izquierda que quemó las naves de nuestra identidad como país, en la que por otra parte nunca acabó de creer del todo, deslumbrada sin duda por los oropeles del poder político y los cantos de sirena del económico. Esas banderas cuatribarradas, esas fotos de colores ya un tanto desvaídos de jóvenes barbudos que hoy apenas pueden peinar canas, los más afortunados, se diría que hacen la función de pequeños animalitos que, conservados en formol, acaso nos puedan recordar, mientras los estudiamos, que algún día tuvieron vida. Y todo esto, cuando borrachos de prepotencia, la Conselleria de Catalá ( que paradoja lo del apellido), se apresta a acabar con las líneas en valenciano en colegios e institutos de la Comunidad Valenciana, lo único que ha funcionado bien en nuestro maltrecho sistema educativo, con la excusa del "plurilingüismo". Alguien dijo que hay una innegable belleza en la derrota de las causas justas,y a este paso va a ser lo único que nos quede a los que un día confiamos en vivir en un País Valencià más justo y amable para con sus gentes, eso y recordar, como no hace mucho hacía con un compañero de correrías de la etapa pre autonómica, que aún conserva su vieja "senyera" curtida en mil batallas , los versos de una canción de Llach: “No era això, companys, no era això pel que varen morir tantes flors, pel que vàrem plorar tants anhels.” (No era eso, compañeros, no era eso por lo que murieron tantas flores, por lo que lloraron tantos anhelos) DIARIO INFORMACION DE ALICANTE Voernes 4 de enero de 2014

miércoles, 20 de marzo de 2013

"UNA LIBRA DE CARNE" Y NI UNA PIZCA DE VERGÜENZA"

Estaba cantado. Era cuestión de tiempo. La borrachera de prepotencia de la que hace gala un día sí y otro también nuestro peculiar ministro de economía, nos hacía temer lo peor. No contento con condenar nuestra sanidad y educación públicas a la inanición, y arruinar así nuestro presente y el futuro de las nuevas generaciones, (probablemente también las del PP), ahora la ha tomado con el sistema de trasplantes español, modélico donde los haya, y ejemplo a imitar en cualquier país civilizado que se precie. Pretende el señor Montoro, privar a los ciudadanos de a pie, que han tenido la desgracia de precisar del trasplante de algún órgano vital y pertenezcan a alguna comunidad que no haya cumplido con los criterios de reducción de déficit, que el propio Montoro ha sido incapaz de cumplir a nivel nacional, abandonen toda esperanza de seguir con vida, porque no van a poder acceder a un órgano dentro del sistema nacional de trasplantes. El Estado, es decir Montoro (ni uno podía aspirar a más ni el otro verse reducido a menos), dejará de financiar los cursos de formación de los especialistas. La argumentación es estrambótica, casi de risa si no se estuviera jugando con la salud de unos pobres enfermos a punto de ser, también ellos, desahuciados de este mundo. El paralelismo con la magistral obra de Shakespeare, “El Mercader de Venecia" es asombroso. Si en la obra del genial dramaturgo inglés Shylock, el usurero pretendía cobrar con una libra de carne la deuda que Antonio había contraído con él para ayudar a un amigo y que arruinado al hundirse sus barcos no podía él mismo satisfacer, aquí el inefable Montoro, se quiere cobrar la deuda con la carne que otros, con sus órganos, han donado desinteresadamente para ayudar a sus semejantes, sin importarles edad, condición y procedencia y , por si fuera poco, de forma altruista. En la obra del escritor inglés, una hábil argucia frustra las perversas intenciones del usurero. Se condiciona el cobro a la ausencia de sangre en la extracción, algo evidentemente imposible. Visto el escándalo y alarma social que se ha producido en nuestro país al hacerse pública la noticia, me da que aquí sucederá, afortunadamente algo similar. Incluso para los Rajoy, las Cospedal y los Montoro, tamaña injusticia sería demasiado SANGRANTE....

viernes, 4 de enero de 2013

LA IMPORTANCIA DEL OPTIMISMO.


Es verdad que no  es fácil vislumbrar indicios que nos induzcan al optimismo en nuestro país. Ya lo intentó en su día Zapatero en lo que se acabaría convirtiendo en una de sus mayores meteduras de patas, -"planetaria", a buen seguro que diría  la ex ministra Pajín. Ahora es el inefable ministro Montoro el que intenta hacer lo propio con su sonrisa, entre sádica y cínica aludiendo con su aflautada voz a un hipotético movimiento en las entrañas de la econmía española.
Veremos  cómo acaba todo, pero a los ciudadanos de a pie nos resulta  bastante complicado huir de una realidad que deja muy poco margen  para el ilusionismo. Nos es imposible ignorar a los pobres albañiles en paro que, acuciados por las deudas, se queman "a lo bonzo", o a las madres desesperadas que saltan por los balcones ante la inminencia de un desahucio o cerrar los ojos ante la dureza de una realidad que obliga a la emigración a la juventud mejor preparada que jamás haya tenido nuestro pobre país.

Del mismo modo nos es igualmente imposible no taparnos la nariz cuando leemos en la prensa que a Rodrigo Rato, responsable del mayor desastre bancario en la historia de España, que ha llevado a la ruina a miles y miles de españoles, acaba de fichar por el Banco Santandar tras un "paseillo triunfal" por Telefónica. El mismo Rato, ex ministro de Aznar, que saliera huyendo  despavorido del FMI,, para cuya presidencia contó  también con el apoyo de los socialistas. Todo tiene su explicación cuando recordamos que en la misma multinacional presta sus servicios Edardo Zaplana , al igual que hiciera hasta hace bien poco el yerno del Rey.

Es por eso  que reacciones  como la que han tenido  algunos ciudadanos hoy, denunciando la inmoralidad de un buen puñado de políticos, entre ellos el Presidente del Gobierno o el Ministro de Hacienda, que cobran en concepto de dietas /residencia, cuando en realidad tienen casa en Madrid, tiene en mi opinión un valor muy especial. El valor que le confiere el que la sociedad se esté empezando a hartar de tanta desfachatez y dé un paso adelante. Como no han dejado de hacer, por otra parte,  en  las diferentes "mareas" que han inundado las calles de Madrid y todas las principales ciudades españolas: la verde, de los profesores, padres y alumnos, la blanca, de los médicos y enfermeras...

Es  esta reacción de los ciudadanos de a pie, como lo fue en su día el  movimiento  del 11M, con todo los defectos que se le quieran atribuir, lo único que nos permite, en mi modesta opinión, albergar un atisbo de esperanza. Esperanza en poder rescatar a nuestra atribulada España, pero no  a base del dinero de los usureros de Bruselas o del FMI, sino gracias a la dignidad de la mayoria de los ciudadanos y a la repulsión que están ya empezando a sentir ante tanto abuso e injusticia. Nuestra única salvación es si hacemos caso a lo que nos decía el poeta Rafael Alberti,  en aquellos versos que musicara Paco Ibáñez.  Cuando nos exhortaba a  ponerlos:

"A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar"