sábado, 24 de marzo de 2018

"MAÑANA EMPIEZA HOY"





            La misma  desunión de la izquierda   que sirviera   en bandeja la victoria a las tropas franquistas, puede propiciar ahora  que la derecha aseste su penúltimo hachazo al  estado del bienestar.

Y es que  después  de la sanidad, la educación y la dependencia, ahora le toca a  las pensiones. Por eso no estaría de más que aquel “exceso de lucidez” que alegara alguno para humillar a Pedro Sánchez, pidiéndole “la luna” (y los medios de comunicación, claro) para hacerle presidente del gobierno, le alcanzara ahora para reconocer  que de aquellos polvos vienen estos lodos. Por no mencionar,  la Ley Wert  y la Ley “Mordaza”, aún vivitas y coleando con un PP  en minoría en medio de una “mascletá” de casos de corrupción.

            Los que tuvimos la suerte  de  dar la bienvenida a la democracia  recordamos  que el tsunami de ilusión, el ansia de progreso y libertad que la acompañaron fue de  tal magnitud, que acabó por aturdir a la derecha tardo franquista. Esto y  la súbita aparición de urnas y papeletas por las que sienten una particular aversión  (  de ahí su querencia por acudir a ellas dopados con fondos públicos) ,  les indujo  un aturdimiento temporal que permitiría  a la izquierda  ir armando a trancas y barrancas un precario estado del bienestar. Se empezaría  por la educación y sanidad públicas  para llegar décadas después  a la dependencia, torpedeada desde el principio con la inestimable asistencia al final del  Ciudadanos de Rivera en una estelar actuación como mamporrero de lujo.
           
            Pero con la crisis les llegó su hora. Los “sonados” eran  ahora los de enfrente y  emprendieron la revancha  a caballo del neo liberalismo más caníbal, jaleados por Troikas, OCDES o FMIS   tan ávidos por  cobrarse su ”libra de carne” que en el primer bocado arramblaron con el  135 de la Constitución Española

            Hace unos años  se nos acusó de haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Después vendrían los rescates bancarios con dinero público a fondo perdido y los atropellos sin fin, preferentes, tarjetas black y los mil y un latrocinios que tan bien conocemos  en la Comunidad Valenciana donde no se respetó ni a la visita del representante de Dios en la Tierra. Ahora  se emplaza a contratar planes de pensiones  a una juventud parada en un 40% y con salarios, quienes  lo tengan,  que no llegan a los 1000€. 
Un oponente de Putin afirmaba esta semana  que Rusia es una cleptocracia, porque las empresas con pérdidas descomunales no quiebran como pasa en los países capitalistas y sus gestores se llevan  salarios de locura. La ingenuidad del productor de fresas (ese es su oficio) me enterneció . Alguien le debería hablar del capitalismo  hispano donde a los desmanes de antes hay que sumar el rescate de  ruinas como  Terra Mitica  o  la Formula 1  vendidas o compradas por un euro pero con pufos millonarios por delante o por detrás  a pagar por “poca ropa”; sin  olvidar el chollo del siglo de las autopistas de pago deficitarias que sanearemos entre todos para devolver a manos privadas limpias de polvo y paja. De las puertas giratorias a diestra o siniestra mejor ni hablar.

En las calles y plazas de nuestro país se dirime una batalla decisiva para el futuro de nuestra democracia, que tiene como protagonistas a muchos de los que hace décadas lucharon para implantarla entre nosotros. Bregados en mil batallas y a la vuelta de casi todo, saben que no hallaran el mar de los estudiantes del 68 en París, bajo los adoquines de Madrid, Bilbao, Barcelona o Alicante , pero no renunciarán fácilmente  a la dignidad  de la que se saben acreedores en la última etapa de su singladura, porque no hay democracia sin dignidad y nada hay peor que un viaje  que al final  se descubre baldío.

sábado, 3 de marzo de 2018

“AÑOS QUE NO PESAN”







            Una de las escenas de cine que más  me ha impactado la visioné en “Salvar al soldado Ryan”, de Spielberg. Es aquella en la que un soldado alemán, convence a un extenuado soldado americano tras una terrible pelea cuerpo a cuerpo, para que se deje arrancar la vida resignadamente y en silencio a punta de bayoneta.
            Esta es la imagen  que curiosamente me ha venido a la cabeza por contraste al contemplar a los miles de  jubilados tomando las calles de las principales ciudades en defensa de sus   menguantes pensiones.
            El gobierno del PP se las prometía muy felices. Acotado el incendio de Cataluña que contribuyó sin duda a prender,  confiaba en agotar la legislatura a lomos de la tan cacareada recuperación económica, aprobación presupuestaria mediante, con la asistencia de alguna oportunista pareja de baile, que  por eso hay gente hay para todo.
            Sucede sin embargo que al “Bigotes”, al Correa y al Costa les ha dado por cantar “la Traviata” con la música de fondo de unas encuestas de todo menos halagüeñas para unos populares que asombrados han de contemplar ahora  como han acabado por apolillar uno de sus principales graneros de votos.
            Aquellos que con su trabajo contribuyeran configurar la España de hoy, a años luz de aquel nontón de cascotes del que  en buena medida partieron; los mismos que tuvieron que amortiguar los  terribles efectos que la crisis y los recortes del gobierno estaban teniendo entre sus seres más queridos con el precario paracaídas de sus modestas pensiones, se encuentran ahora en la tesitura de tener que plantar cara a la insaciable voracidad  de los que en buena medida fueron responsables de la hecatombe y que les ha situado ahora a ellos mismos en su punto de mira.
            Pero se han pasado de frenada y vendido la piel del oso antes de cazarlo.  Lejos    de  la resignada inmolación del desafortunado soldado de Spielberg nuestros jubilados han optado por librar su última batalla, que es también la nuestra. Han tomado a miles las calles en un remake del cada vez más lejano 15 M, con la particularidad de que su asimilación será harto más complicada que la de aquellos jovencitos a quienes a duras penas se  puede distinguir hoy de esa casta a la que tanto vilipendiaran y que   tras posponer “sine die” el asalto a los cielos, parece que  han acabado por conformarse con un escaño en el purgatorio   ( o purgatoria) del Congreso de los Diputados.

            Frente a una juventud sometida , “cautiva y desarmada”  por las élites extractivas y aquellos que “atizan y sueltan el mondongo”  resulta que hay miles de valientes veteranos que hoy, como ayer,  se disponen de nuevo a sacarnos las castañas del fuego y cantar las verdades del barquero a cínicos desalmados que con la que está cayendo no tienen mejor ocurrencia que proponer esta misma semana,  contratos de aprendizaje ahora para los parados de 45 años. Son incorregibles.