domingo, 9 de octubre de 2016

"PEDRO Y EL LOBO I"

PEDRO Y EL LOBO”


            El 12 de marzo de este año se cumplieron treinta años del Referéndum de la OTAN orquestado por Felipe González. Fue sin duda  el mayor de los timos políticos  de los que  hemos sido objeto millones de españoles. Un joven Felipe por aquel entonces,  torció la voluntad popular mayoritariamente en contra de la entrada en la Alianza  con todo tipo de triquiñuelas, ( “OTAN, de entrada No”), para así cumplir con los compromisos que a nivel internacional era evidente había adquirido ya en el gobierno.
            Por eso cuando esta misma semana le vi aparecer dolido con Pedro Sánchez, porque según él  le había engañado, me entró la risa floja. Hay que reconocer sin embargo que ha conservado con los años intacta su capacidad para la impostura, la gravedad en la expresión, la modulación en la voz, la mirada de  no haber roto nunca un plato (con la que dejó liada); el encono con la que proclamaba a los cuatro vientos su afrenta,  comparable a la del grupo PRISA le delataba y permitía intuir que  tenía que haber algo más en juego; de nuevo  nos estaba mintiendo y contrariamente a lo declarado era evidente que tenía que conseguir la abstención del PSOE a toda costa; había algo más que su honor en juego. Porque González que se licenció en el gobierno en “las cloacas del Estado”, todo el mundo sabe que ha acabado por doctorarse en las letrinas de los consejos de administración de grandes corporaciones y del IBEX 35  desde su base en Marruecos,
            Personalmente cuando le vi en televisión fui consciente de la que se le iba a venir encima al desventurado Pedro Sánchez, porque uno tampoco tiene dos días y no sé por qué me vinieron a la cabeza unos versos de Lluis Llach en “Campanades a Mort”, “disset anys només i tú tan vell”.  Es verdad que Sánchez tiene algunos años más, pero no cabe duda de que ha   intentado insuflar a un partido esclerótico aires nuevos, empezando por aquello que se han apresurado a abortar de “un militante, un voto”.
            Pero las desgracias nunca vienen solas y en la Comunidad Valenciana, el mismo que en su toma de posesión nos regalara los oídos con los versos del “poeta del poble”, Estellés, ni corto ni perezoso ha salido de entre las faldas (o pantalones que para el caso es el mismo) de Mónica Oltra para acompañar en el apuñalamiento de Sánchez con su dimisión. Y esto nos lleva a pensar a más de un valenciano que todo es impostura en el de Morella y no solo el aditamento capilar que luce con gallardía. En su día transigimos con las peculiares primarias  que organizó,  como aquel que en el “trivial pursuit” aceptaba “pulpo como animal de compañía”, pero esta vez ha ido demasiado lejos. Lo que ha hecho es una clara indignidad. Lo de menos es que probablemente haya finiquitado su futuro político,  que  personalmente me trae al pairo. Lo realmente  grave es que el PSPV, tras una interminable travesía del desierto se merecía algo mejor  y  por un momento, con los versos de Estellés, algunos llegamos a pensar que finalmente habíamos encontrado , “Seràs la veu d’un poble”,pero ha sido precisamente ésta , el voto de los militantes, lo que se ha apresurado a silenciar en esta chapucera conspiración.
            Pedro Sánchez no lo tenía fácil. Es difícil de prever los resultados que se pudieran haber derivado de sus gestiones o  sus resultados en unas terceras elecciones en el alambicado panorama político nacional, pero un partido con 137 años de historia como el PSOE , que con sus claroscuros,  tanto ha aportado a la democracia de nuestro país, puestos a desaparecer (que no creo), se merecía una muerte a su altura,   de pie y batiéndose por los  ideales en los que  que siempre creyó y no postrado, doblando la cerviz ante alguien con una trayectoria política  tan despreciable como la de  Mariano Rajoy .
            Con todo, la voluntad expresa de Sánchez de volver a concurrir a primarias nos permite albergar aún alguna esperanza de que la palabra, como la rosa del poema del profanado Estellés, retorne de nuevo  a  manos del pueblo para su custodia contra el abuso y  maquinaciones de poderosos, farsantes y algún que otro “botifler”  chapuceramente embozado