jueves, 13 de marzo de 2014

EL POBLE TENIA UNA ROSA










“EL POBLE TENIA UNA ROSA” 


 A la hora del café no hace mucho caímos en la cuenta unos compañeros y yo cómo la mayor parte de nuestra carrera profesional hemos tenido la desgracia de llevarla a cabo bajo gobiernos del Partido Popular, lo que tratándose del campo de la enseñanza, no deja de tener unas connotaciones dramáticas. Hemos visto cómo se ha pasado en los últimos veinte años de la mezquindad y cicatería, a entrar directamente con la piqueta en la escuela pública. Cómo interpretar si no la cesión de suelo público a entidades privadas para la construcción de colegios, la supresión de becas de libros y de comedor, aumentos de ratio y la proliferación de universidades privadas cuando se le escatiman fondos a las públicas y un interminable etc... Y todo esto lo hemos vivido ante la incomparecencia del principal grupo de la oposición, más pendiente de las prácticas del navajeo que secularmente le han venido caracterizando para quitarse de en medio a cualquiera que al despuntar, pusiera en peligro los intereses de las innumerables familias que parasitan sus anquilosadas estructuras orgánicas Así, algunos consellers como Ciprià Ciscar o Joan Romero, que habían dado muestras , los dos, de saber lo que se traían entre manos en el terreno -siempre minado- de la educación, apenas tuvieron un paso fugaz por la Conselleria, dejando el campo expedito a personajes tan pintorescos como el forense Font de Mora (Blueberry fountain, como el mismo se llamó), al que la actual consellera esta “haciendo bueno”, en algunos aspectos , tal vez por proceder esta última de una universidad privada, mientras que el otro se formó en la de Valencia, que en algo se ha de notar. Es por eso que la iniciativa de Ximo Puig de organizar las primeras primaria abiertas en la historia de la democracia española, y de que esto haya tenido lugar en el País Valenciano, tiene que tener una importancia que ha de ir mucho más allá de la lógica desesperación de una organización política por recuperar la confianza que los ciudadanos le han negado durante décadas. Si el resultado ha sido el esperado, no ha sucedido igual con la entusiasta participación en un proceso que, buenas intenciones aparte, presentaba algunos flancos débiles, claramente perfectibles que militancia y simpatizantes han preferido soslayar. Con su participación masiva han enviado una potente señal al Partido alumbrando el camino por el que se debería transitar en el futuro más inmediato. Ximo Puig se merecía ganar las primarias. La simple decisión de promoverlas desde su cargo de secretario general da muestra de una audacia y generosidad indiscutibles y que le acreditan ya por sí solas para liderar a una organización de vuelta tras su interminable travesía del desierto, especialmente si lo que ha de encontrarse ante sí a su regreso dista mucho de ser un oasis idílico o la tierra del “jardín y de las flores” que dice la canción Tampoco podemos ignorar el valor de su oponente Gaspar, que con la sola plataforma de una modesta alcaldía ha disputado la candidatura gallardamente al primero, sorteando todo tipo de dificultades sin olvidar el detalle, para nada menor, de que ha sido él mismo condición necesaria para la celebración de las primarias.. En unas declaraciones a la Cadena Ser oí como el ganador decía que “se han abierto las ventanas” y eso esta muy bien...para empezar. La elevada participación de militantes y simpatizantes mandan unas inequívocas señales de anhelos de cambio. No sólo se deben abrir las ventanas de la organización a la participación ciudadana. Se han de abrir, y de par en par, las puertas. Unas puertas que nunca más deberían de ser giratorias y que deberían facilitar a un tiempo la entrada de todas las iniciativas de los ciudadanos que ven en la política un mecanismo para mejorar la sociedad en que vivimos, para hacerla más justa y amable y una salida aún más ágil, para todos aquellos que la hayan querido pervertir con fines bastardos. No es que se haya de escuchar lo que dice la sociedad, es que se ha de formar parte de la misma. Un partido socialista no puede permitirse, por ejemplo, llegar con retraso la lacerante injusticia de los desahucios, callar cuando se indulta a un delincuente financiero, por poderoso que éste sea, o ignorar los devastadores efectos que en la ciudadanía tiene el que se aprovechen las ventajas que ofrece el ejercicio de un cargo público para situarse con todo tipo de triquiñuelas “legales” y saltar, ya sea a la empresa privada o a una ONG previamente engrasada con fondos públicos. Y menos aún , cuando todo un país se hunde a nuestro alrededor y la generación de jóvenes mejor formados han de emigrar con una mano atrás y otra delante. Se trata de devolver la ilusión a la sociedad y de recuperar la credibilidad.; de restituir los ideales que subyacen detrás del símbolo de la rosa y recuperar el sentido de la política que no puede ser otro que el de construir una sociedad mejor.. Con la ventaja añadida de que , al hacerlo, estaremos exorcizando al peor de los enemigos que ha tenido el PSPV y el principal responsable de que haya permanecido durante 20 largos años en el ostracismo, que no es otro que el de las “familias políticas”, vivero de mediocridad y reservorio de auténticos saurios de dentellada fácil, consumados maestros del contubernio con el que han conseguido mantenerse a flote contra viento y marea. Se trata, en definitiva , de que la sociedad vea en la rosa socialista un reflejo de sus anhelos y aspiraciones para que, como en los versos de nuestro querido poeta Vicent Andrés Estelles, en su homenaje a José Martí, la vuelvan a acoger y a arropar como cómplices , como sucediera en nuestro país, tampoco hace tanto tiempo , en los duros años de la clandestinidad. “El poble creia altra volta i ningú no va saber què tenia aquella rosa una rosa de paper” Artículo publicado en el Diario INFORMACION de Alicante el 13 de marzo de 2014