sábado, 21 de julio de 2018

"TIERRA Y LIBERTAD"



TIERRA Y LIBERTAD

                           (DIARIO INFORMACION de Alicante, 21 de julio de 2018)

Hace ahora siete años cientos de militantes de las Juventudes Socialistas del Arebeiderpartiet noruego homenajearon a Gunnar Skjeseth  Martin Schei, Torbjørn Egerbretsen y Odd Olsen en una idílica isla con forma de corazón  a unos 42 Km. de Oslo, Utøya
Son a buen seguro unos nombres que poco o nada nos dirán, más allá de lo peculiar de sus grafías o la curiosidad que nos pueda despertar su posible pronunciación, pero lo cierto es que el reconocimiento que sus herederos ideológicos les brindaron, fue porque sacrificaron lo más valioso que tenían, sus vidas, siendo poco más que adolescentes, en defensa de la democracia y de la justicia en España vulneradas por el golpe franquista, al  que acudieron a combatir encuadrados  en las Brigadas Internacionales. “Si perdemos esta guerra toda Europa caerá bajo las garras del fascismo”, escribió el más joven, Martin Schei, 18 años, pare justificar su viaje sin el consentimiento paterno y acertó.
Pocos podían imaginar que el monstruo del fascismo al que los héroes noruegos plantaron cara cayendo  en las batallas de  Gandesa, Mediana y Jarama, haría su aparición en la apacible isla dos días después del acto solemne en julio  de 2011  para diezmar esta vez a los jóvenes socialistas; sesenta y nueve, perdieron la vida , más de cien, fueron heridos y Noruega entera quedaría traumatizada en “el día en que la democracia europea tembló”, como rezaba el titular de algún diario aquí en España.

Cuando estamos a días de cumplir el séptimo aniversario de esa fatídica fecha, inquieta pensar que de levantar hoy la cabeza los héroes brigadistas no tendrían excesivas dificultades en reconocer en la Europa de hoy trazos de aquella en que tuvieron la desgracia de vivir.  Los actores han cambiado pero los síntomas de la infección son los mismos: resurgen los populismos y egoísmos nacionalistas, se levantan fronteras e incluso se ensancha el Canal de la Mancha con la ayuda esta vez, ( y esto sí es  novedad)  del histriónico presidente americano en las antípodas de Roosevelt al que Churchill calificara en su día “champion of freedom”, y que acaba de avergonzar a su propio país e incluso  Partido Republicano por el servilismo que ha mostrado ante  el taimado Putin  de quien es evidente actúa  cada vez más en condición de  rehén.

            Y qué  decir  de España, país  por el que murieron, donde su verdugo
 sigue  enterrado con honores mientras sus víctimas estercolan aún cunetas y tapias de cementerios ante la complacencia  de la derecha y de los que hoy mismo se postulan como  su regeneración que apelan con desfachatez al valor de una reconciliación cimentada en la indignidad más abyecta.
Con todo no podemos desfallecer porque aquellos valores por lo que sacrificaron sus vidas los idealistas escandinavos, la democracia, la igualdad, la justicia, la solidaridad, herederos todos de la Revolución Francesa y de la  Ilustración, siguen custodiados en régimen casi de exclusiva  en el seno de la Unión Europea asediada ahora por los cuatro costados en tiempos de hackers, fake news  y trolls.
Y aunque nadie nos pida aún que nos convirtamos en mártires de causa alguna,  no son momentos para los tibios de corazón, ni medias tintas y de  no actuar con la resolución y audacia   mostrada en la carta por Martin Schei   en la defensa de los valores que constituyen el ADN del proyecto europeo aterra pensar los despojos que dejaremos como herencia a las generaciones venideras.
Sirvan estas líneas  como exorcismo a un futuro más bien incierto pero sobre todo como modesto homenaje a los cuatro héroes noruegos caídos en nuestra Guerra Civil, a las víctimas de los atentados de Utøya y Oslo que los homenajeaban en julio del 2011cuando fueron masacrados , sus familiares y a un país que nos enseñó que no hace falta ser rico para ser solidario (no lo era cuando cofinanció el Hospital Sueco-Noruego de Alcoy por ejemplo), y que aún hoy colabora a través de un sindicato en la apertura de fosas comunes para vergüenza de unos y  también de los otros, porque en casi medio siglo de democracia tiempo ha habido para  poner “ las cosas en su sitio”, y Alfonso Guerra acaba de perder una magnífica oportunidad de permanecer callado, en el tema que nos ocupa;  todos habríamos ganado, pero él más que nadie

lunes, 2 de julio de 2018

"Canción triste del Benacantil"



       



    
Un antiguo alcalde de Alicante se acaba de sentar  en el banquillo de acusados (Alperi) y otra (Castedo), calienta en la banda, justo cuando un tercero acaba de acceder al asiento aún caliente que acaba de dejar un cuarto (Echevarri), muy a su pesar.
            El acceso de Barcala, que así se llama el neófito, a la alcaldía de la  capital del Benacantil ha sido sin duda accidentado, pero no por ello menos meritorio: un triple salto mortal, (Bonig, Ciscar, Rajoy) encaramado a los lomos de la penúltima tránsfuga de la cantera de las izquierdas,   las que mejor resultado dan a la larga (Tamayazo, Maruja Sánchez, Mayca Granado ,- en L’Alfàs-) y que además denuncia , Belmonte, intentos de soborno, precisamente a ella; ¡ hasta ahí podríamos llegar!.
            Y enfrente todo es desconcierto, confusión y el inveterado fulgor  de las navajas, de gran arraigo entre las filas socialistas y que a punto a estado de acabar en escabechina, frenada “in extremis” ( o aplazada “sine die”) por un Puig que  no gana para disgustos a los pies del Santa Bárbara.
            Un espectáculo, en suma, de todo menos edificante, de más que probables efectos devastadores  en los comicios que se avecinan, pero previsibles, en todo caso, para quien escuchara   alguna de las intervenciones  semanales que  el alcalde saliente daba  en una conocida emisora de radio.
            Porque siendo el transfuguismo una perversión en el funcionamiento democrático de las instituciones, harían bien los socialistas en levantar la vista para ver el bosque y no el árbol que en este momento les ocupa. Lo cierto es que cada vez que recuperan alguno de los tradicionales feudos populares durante décadas , Benidorm o Alicante,  la acaban liando parda   a la entrada o a la salida. Una cosa es ganar asambleas para montar tramoyas e incubar en su seno ambiciones personales más o menos confesables y otra muy distinta ganar elecciones  para consolidar proyectos con los mejorar el futuro de ciudades y ciudadanos.
            Y es que contrariamente al caso del Partido Popular, cuya pervivencia se cuestionaba recientemente en la prensa por razones de sobra conocidas, el ciclo histórico del Partido Socialista y los valores que defiende son más necesarios que nunca, especialmente en los difíciles momentos por los que transita tanto Europa en su conjunto como nuestro país en particular. La reciente propuesta del PSOE para abordar la delicada cuestión de la eutanasia, por ejemplo,  justificaría por sí sola la afiliación de cualquier ciudadano  de bien que no la tramitara en su día con la Ley de Dependencia. Por no hablar de la vertebración de  nuestro país, del todo punto imposible sin su concurso.
            Cuando los círculos de alguna de las nuevas formaciones políticas que iban a reinventar la democracia se han tornado en  líneas concéntricas de  dianas en las que fulminan a los discrepantes del “gran timonel”, tal vez  no  seria  el presente un  mal  momento para abordar en instancias socialistas medidas mil veces  esgrimidas  y  jamás aplicadas – más allá de unas primarias  de andar por casa-. Unas reformas que permitieran renovación de caras, métodos y políticas ; nada del otro mundo, por cierto:  listas abiertas, limitación de mandatos….
            Todo con el objetivo de que  en el socialismo quedaran los realmente inspirados por sus ideales, los dispuestos a dejarse la piel por el bien ajeno y no   los aprovechateguis siempre prestos a rebanársela al prójimo (la piel) con tal de conservar nóminas y/o prebendas y menos aún cuando se perciban las mismas en régimen de gananciales.
            En situaciones realmente complejas, nada hay como el acervo de la sabiduría popular, porque si bien es cierto que “una cosa es predicar y otra dar trigo”, tal vez alguien debería susurrarle al de Morella, que  en  Alicante , en la casa socialista,“más vale una vez rojo, que ciento colorado”, porque como seguramente les diría  a los atribulados socialistas valencianos el entrañable capitan Furilo (creo recordar) de la seria americana de la que he tomado prestado el título,  ( Hill Street Blues), "tengan mucho cuidado ahí fuera"

lunes, 23 de abril de 2018

“ CUENTAS Y CUENTOS”






            Es indudable que la educación ha sido una de las mayores paganas de la crisis de la que estamos saliendo según algunos. Fueron años desgarradores en donde compañeros que se habían dado  lo mejor de sí y dejado las cuerdas vocales sirviendo  en las desangeladas aulas de la escuela pública, vieron en su tramo final como en la Comunidad Valenciana no sólo “la fiesta no acababa nunca”,  según llegó a decir algún impresentable, sino que además se podía regresar  al pasado; a uno donde los libros de texto recuperaban su categoría de artículos de lujo y donde el desayuno y almuerzo fueran para algunos niños como el quimérico bocata del Carpanta de los cómics de nuestra infancia. Las tasas universitarias alcanzarían las nubes y las universidades serían menos públicas, con sus masters  a precio de oro.
            Y mientras Wert sembraría de obstáculos y trampas el devenir académico de nuestros hijos con la cantinela de “la ley del esfuerzo” y de la meritocracia, aunque su amancebada Gomendio nos acabaría por confesar  lo que realmente le aterraba : la facilidad con la que la población accedía a la universidad en España (La Vanguardia)
            Es en este contexto donde el caso Cifuentes destaca con toda su crudeza. La “ley del embudo” de toda la vida. Igual que los títulos de chiste de Casado. Los de Cantó, el de Izquierda Unida o lo del Franco del PSOE ( ¡¡¡que maldición la de este apellido!!!),  son deplorables, condenables, sin duda, pero sobre todo, tristes, porque evidencian complejos y miserias. Ni de lejos tienen el alcance de lo de Cifuentes, que no dudó en  servirse de una universidad pública para satisfacer su vanidad, poniendo  un título universitario a la altura de los famosos tatuajes de los que presume para dejar,  a la postre,  la institución a los pies de los caballos.
            Nada nuevo bajo el sol por otra parte. Otro tanto hicieron aquí con Canal 9. Su rector, por cierto, emula a los trabajadores de este medio que blandieron  la pancarta de “la veu  d’un poble”, solo cuando les habían retirado el plato de lentejas que habían pagado con su dignidad profesional, precisamente amordazando a todo un pueblo del que después aseguraban ser su voz,
            La renuncia de Cifuentes al título, se asemeja  a la de la  madre impostora del juicio salomónico y nos recuerda que a la crisis económica que ha asolado toda Europa, en España además , hemos tenido otra de  carácter ético, moral si se quiere, que lejos de desaparecer se perpetúa en los aplausos y apoyos que está recibiendo  la presidenta madrileña por parte del PP y del gobierno , por si no fuera ya grave la crisis de nuestras instituciones.
            Es por eso que me invadió una profunda melancolía leer las palabras de Zaplana en este mismo medio. Una cosa es que se ponga de perfil ante el triste devenir y la postración de nuestra Comunidad. Al fin y al cabo somos humanos.
            Otra  muy distinta es que apele, precisamente él, a la educación como única salida en un entorno digital (o algo similar). No pude evitar acordarme del ex rector de la Universidad de Alicante, Andrés Pedreño,  cuyo Proyecto Científico y Tecnolócico él mismo  se encargaría de dinamitar, abortando lo que sin duda hubiera supuesto un gran salto hacia el progreso y la excelencia  de la Universidad y la provincia de Alicante. Probablemente otro gallo nos estaría cantando en estos momentos
            Por eso, no estaría de más  recordar que cuando alguien nos aconseja  no mirar atrás, lo suyo, lo más prudente (  más  aún si se trata de Zaplana), es desconfiar de oficio;  no sea que nos esté intentando colar un nuevo  “sinpa”;  simbólico claro, porque sus facturas reales bien caro que nos están saliendo. a todos los valencianos.

sábado, 7 de abril de 2018

"DERECHO A SOÑAR"

Ya ha llovido desde aquellas elecciones en las que Rivera se  nos presentara  como dios le trajo al mundo en modo reclamo electoral. Sin duda  un revulsivo en un panorama político  catalán  de la época, donde la hegemonía  la habían tenido los convergentes del 3% con  un PSC  de eterno segundón sin aspiraciones.
            Cual cruzado en tierra hostil, se iría curtiendo en mil batallas contra el sinfín de trapicheos y abusos convergentes (trabajo no le faltó) al tiempo que se ejercitaba  en el difícil arte de la profecía contra las siete plagas de Egipto que el nacionalismo nos acabaría por traer
Con todo, el mayor de sus aciertos le llegaría en su salto a la política nacional que propiciaría la aparición de Arrimadas en el lío catalán donde se ha sabido batir con coherencia y valentía en territorio hostil hasta el punto de difuminar los perfiles de liderazgo del propio Rivera que se las ha visto y deseado para arrancar al PP, siquiera algunos los compromisos que justificaron su apoyo en la investidura.
Y en estas estábamos cuando las encuestas le adjudican una subida espectacular en intención de votos, confirmando la magnitud de la descomposición del PP, porque poco sabemos del modelo de país que propone Ciudadanos más allá de la manida regeneración democrática mantra al que recurren a las primeras de cambio o su inquietante concepción del estado de las autonomías que convierten a Rajoy en poco menos que un peligroso separatista. Por otro lado su escasa implantación territorial o la colonización de militantes y/o antiguos cargos del PP de la que ha sido objeto la agrupación, no llaman al optimismo.
Pero esto es lo que hay cuando el principal partido de la oposición no consigue levantar el vuelo, lastrado como está por el peso insoportable de los jarrones chinos que atiborran sus bodegas y cuando en gobiernos en los que se estaba funcionando con razonable acierto, caso de la Comunidad Valenciana, acaba de estallar un posible caso de financiación irregular con muy mala pinta con raíces en las campañas electorales de Benidorm y Alicante (dónde si no ).
Es de una tristeza infinita que la izquierda cuando recupere plazas en décadas en manos de populares pueda caer en actitudes y prácticas execrables de las que ha hecho gala la derecha. La moción de censura en Benidorm con tránsfuga mediante y dimisión “in extremis” de la Pajín madre para alargar la vida política a Pajín hija, a la sazón Secretaria General del PSOE, fue una auténtica charlotada; como lo fue en buena medida toda una legislatura municipal cuya mayor virtud estuvo en entretener al personal. No hay más que repasar los titulares de prensa o recordar la concesión de la medalla corporativa de la Ciudad , a Eduardo Zaplana y a la propia Leire Pajín. No es justo que ahora, ademas, aparezcan indicios de financiación irregular que puede suponer un auténtico torpedo en la línea de flotación del primer gobierno progresista en décadas en la Comunidad Valenciana. Un gobierno que con sus aciertos y errores se desvive para devolver a los valencianos lo que la rapiña de los populares les había arrebatado, en sanidad, finiquitando el modelo Alzira o en educación, con una decidida apuesta por el sistema público.
Que los chanchullos de unos mequetrefes jubilados, enchufados o colocados , puertas giratorias mediante, ensombrezcan la entrada en vigor de una ley del alcance de la de la Renta Valenciana de Inclusión, o pongan en peligro la verdadera implantación de la abortada Ley de Dependencia, debería de ser hasta pecado.

Pero siendo los supuestos los chanchullos similares a los que amenazan la propia existencia del PP como marca y estando ya en tiempo de descuento, sólo cabe marcar diferencias en el modo en que se afronta la adversidad. Soltar lastre, renovar estructuras, abrir ventanas y puertas facilitando la entrada, pero sobre todo la salida a quienes no entiendan la política como un servicio público, sin trampas ni cartón; es la única opción.

La que empezó siendo la legislatura de la esperanza con un PP en minoría, no puede tener como corolario a unos ministros de un estado aconfesional cantando en aparente éxtasis el himno de la legión, las banderas a media asta en Semana Santa, o la letra de otro himno, esta vez el de España, compuesta por quien tiene su domicilio fiscal en Miami.

Tras ocho años Rajoy y su Partido Popular, tenemos derecho a soñar y no precisamente en un país de impostura y de cartón piedra.

sábado, 24 de marzo de 2018

"MAÑANA EMPIEZA HOY"





            La misma  desunión de la izquierda   que sirviera   en bandeja la victoria a las tropas franquistas, puede propiciar ahora  que la derecha aseste su penúltimo hachazo al  estado del bienestar.

Y es que  después  de la sanidad, la educación y la dependencia, ahora le toca a  las pensiones. Por eso no estaría de más que aquel “exceso de lucidez” que alegara alguno para humillar a Pedro Sánchez, pidiéndole “la luna” (y los medios de comunicación, claro) para hacerle presidente del gobierno, le alcanzara ahora para reconocer  que de aquellos polvos vienen estos lodos. Por no mencionar,  la Ley Wert  y la Ley “Mordaza”, aún vivitas y coleando con un PP  en minoría en medio de una “mascletá” de casos de corrupción.

            Los que tuvimos la suerte  de  dar la bienvenida a la democracia  recordamos  que el tsunami de ilusión, el ansia de progreso y libertad que la acompañaron fue de  tal magnitud, que acabó por aturdir a la derecha tardo franquista. Esto y  la súbita aparición de urnas y papeletas por las que sienten una particular aversión  (  de ahí su querencia por acudir a ellas dopados con fondos públicos) ,  les indujo  un aturdimiento temporal que permitiría  a la izquierda  ir armando a trancas y barrancas un precario estado del bienestar. Se empezaría  por la educación y sanidad públicas  para llegar décadas después  a la dependencia, torpedeada desde el principio con la inestimable asistencia al final del  Ciudadanos de Rivera en una estelar actuación como mamporrero de lujo.
           
            Pero con la crisis les llegó su hora. Los “sonados” eran  ahora los de enfrente y  emprendieron la revancha  a caballo del neo liberalismo más caníbal, jaleados por Troikas, OCDES o FMIS   tan ávidos por  cobrarse su ”libra de carne” que en el primer bocado arramblaron con el  135 de la Constitución Española

            Hace unos años  se nos acusó de haber vivido por encima de nuestras posibilidades. Después vendrían los rescates bancarios con dinero público a fondo perdido y los atropellos sin fin, preferentes, tarjetas black y los mil y un latrocinios que tan bien conocemos  en la Comunidad Valenciana donde no se respetó ni a la visita del representante de Dios en la Tierra. Ahora  se emplaza a contratar planes de pensiones  a una juventud parada en un 40% y con salarios, quienes  lo tengan,  que no llegan a los 1000€. 
Un oponente de Putin afirmaba esta semana  que Rusia es una cleptocracia, porque las empresas con pérdidas descomunales no quiebran como pasa en los países capitalistas y sus gestores se llevan  salarios de locura. La ingenuidad del productor de fresas (ese es su oficio) me enterneció . Alguien le debería hablar del capitalismo  hispano donde a los desmanes de antes hay que sumar el rescate de  ruinas como  Terra Mitica  o  la Formula 1  vendidas o compradas por un euro pero con pufos millonarios por delante o por detrás  a pagar por “poca ropa”; sin  olvidar el chollo del siglo de las autopistas de pago deficitarias que sanearemos entre todos para devolver a manos privadas limpias de polvo y paja. De las puertas giratorias a diestra o siniestra mejor ni hablar.

En las calles y plazas de nuestro país se dirime una batalla decisiva para el futuro de nuestra democracia, que tiene como protagonistas a muchos de los que hace décadas lucharon para implantarla entre nosotros. Bregados en mil batallas y a la vuelta de casi todo, saben que no hallaran el mar de los estudiantes del 68 en París, bajo los adoquines de Madrid, Bilbao, Barcelona o Alicante , pero no renunciarán fácilmente  a la dignidad  de la que se saben acreedores en la última etapa de su singladura, porque no hay democracia sin dignidad y nada hay peor que un viaje  que al final  se descubre baldío.

sábado, 3 de marzo de 2018

“AÑOS QUE NO PESAN”







            Una de las escenas de cine que más  me ha impactado la visioné en “Salvar al soldado Ryan”, de Spielberg. Es aquella en la que un soldado alemán, convence a un extenuado soldado americano tras una terrible pelea cuerpo a cuerpo, para que se deje arrancar la vida resignadamente y en silencio a punta de bayoneta.
            Esta es la imagen  que curiosamente me ha venido a la cabeza por contraste al contemplar a los miles de  jubilados tomando las calles de las principales ciudades en defensa de sus   menguantes pensiones.
            El gobierno del PP se las prometía muy felices. Acotado el incendio de Cataluña que contribuyó sin duda a prender,  confiaba en agotar la legislatura a lomos de la tan cacareada recuperación económica, aprobación presupuestaria mediante, con la asistencia de alguna oportunista pareja de baile, que  por eso hay gente hay para todo.
            Sucede sin embargo que al “Bigotes”, al Correa y al Costa les ha dado por cantar “la Traviata” con la música de fondo de unas encuestas de todo menos halagüeñas para unos populares que asombrados han de contemplar ahora  como han acabado por apolillar uno de sus principales graneros de votos.
            Aquellos que con su trabajo contribuyeran configurar la España de hoy, a años luz de aquel nontón de cascotes del que  en buena medida partieron; los mismos que tuvieron que amortiguar los  terribles efectos que la crisis y los recortes del gobierno estaban teniendo entre sus seres más queridos con el precario paracaídas de sus modestas pensiones, se encuentran ahora en la tesitura de tener que plantar cara a la insaciable voracidad  de los que en buena medida fueron responsables de la hecatombe y que les ha situado ahora a ellos mismos en su punto de mira.
            Pero se han pasado de frenada y vendido la piel del oso antes de cazarlo.  Lejos    de  la resignada inmolación del desafortunado soldado de Spielberg nuestros jubilados han optado por librar su última batalla, que es también la nuestra. Han tomado a miles las calles en un remake del cada vez más lejano 15 M, con la particularidad de que su asimilación será harto más complicada que la de aquellos jovencitos a quienes a duras penas se  puede distinguir hoy de esa casta a la que tanto vilipendiaran y que   tras posponer “sine die” el asalto a los cielos, parece que  han acabado por conformarse con un escaño en el purgatorio   ( o purgatoria) del Congreso de los Diputados.

            Frente a una juventud sometida , “cautiva y desarmada”  por las élites extractivas y aquellos que “atizan y sueltan el mondongo”  resulta que hay miles de valientes veteranos que hoy, como ayer,  se disponen de nuevo a sacarnos las castañas del fuego y cantar las verdades del barquero a cínicos desalmados que con la que está cayendo no tienen mejor ocurrencia que proponer esta misma semana,  contratos de aprendizaje ahora para los parados de 45 años. Son incorregibles.

domingo, 11 de febrero de 2018

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL PROGRESO



Al parecer no estamos tan mal como tendemos a pensar. La Humanidad ha progresado con pasos de gigante desde la década de los noventa aunque a nosotros no nos lo parezca porque los mil y un conflictos con los que nos desayunamos a diario desvirtúa los verdaderos perfiles de una realidad que resulta que avanza por el buen camino.
Lo decía la prestigiosa revista TIME en uno de sus últimos números y varios medios nacionales se abonaban a la teoría este fin de semana. .La extrema pobreza sólo afecta a una décima parte de la población cuando en los noventa lo hacía con un tercio. Las mujeres han alcanzado un quinto de los escaños en los parlamentos nacionales de medio mundo y conquistado cuotas de influencia inimaginables hace poco; la homoxexualidad se acepta en cien países cuando apenas se toleraba en veinte entonces y terribles enfermedades como la polio se han erradicado donde antes causaban estragos; a otras, como el SIDA, se la ha acabado por “domesticar”.
Lo que nos hace estar en un permanente “sinvivir” puede deberse al estado de alerta que llevamos instalado de casa en nuestro ADN, y al que si bien debemos nuestra supervivencia como especie, nos condena a la zozobra, especialmente desde que un lunático haya tomado el despacho oval y al parecer no tiene nada mejor que hacer que lanzar sus “tweets” a modo de cerillas contra los numerosos bidones de gasolina que los intereses geoestratégicos de unos y de otros tienen distribuidos a lo largo y ancho del Planeta.

Cuando un periodista preguntó a Hanna Arendt ( “La Banalidad del Mal”) si creía posible un nuevo Holocausto, esta respondió sin dudar que “ cada paso que da la Humanidad en la historia está condenado a ser el umbral del siguiente en su camino hacia la salvación o la perdición”. Es decir que no tenemos garantizado en modo alguno el progreso, y el “regreso” siempre es una posibilidad.
Los estragos que la crisis ha producido en occidente han propiciado el surgimieno de liderazgos, cuanto menos controvertidos , de populismos y movimientos nacionalistas que enarbolan como receta una especie de utopías regresivas, una vuelta a un supuesto pasado ideal como solución , agitando un cocktail con ingredientes que todos creíamos desterrados para siempre: supremacismo racial, aislacionismo, proteccionismo, expansionismo, rearme- Bien mirado son los gérmenes que han diezmado a Europa durante siglos y que el Zar de nuevo cuño de Putin, no sólo contempla con deleite, sino que aventa, después de haber conseguido que en el flanco oriental de Europa (y de la OTAN, por cierto), a Erdogan le haya dado por apelar al Imperio Otomano.
Nuestro país no ha estado ajeno a este estado de cosas , si bien es verdad que el populismo de Podemos se esta desinflando por la poca consistencia de su liderazgo y los dos nacionalismo que se habían venido retro alimentando ( el del PP y el catalán) no pasan por sus mejores momentos, con la justicia en los talones; pero para remendar los estragos que unos y otros han producido en el panorama socio político y en el tejido económico, especialmente de Cataluña en sus respectivas huidas hacia adelante, hará falta mucho más que “la acción de la justicia”.

Sólo Ciudadanos en su indefinición aparece con ventaja frente a un PSOE que en su día fuera la piedra angular vertebradora del entramado político en nuestro país y al que no dejan levantar cabeza. La entrevista de González en EL MUNDO de este fin de semana, no hace más ilustrar la gravedad de su crisis interna y lo que en ella “vomita”, - con perdón-, no augura nada bueno a su secretario general.

La pregunta del millón es si la “alternativa naranja” es la más adecuada para el paisaje después de la batalla con el que nos vamos a topar, en el que lo que lo más perentorio será el tendido de puentes y lanzamiento de amarres sobre los que transportar las cantidades ingentes de betadine para restañar las heridas mutuamente infringidas; o por el contrario caerá en la tentación (Ciudadanos) de dejarse arrastrar por la regresión de su particular utopía de recortes de libertades y recentralización.

Estaría bien que cuando se deshoje la margarita de Cataluña, alguien nos lo contara porque el viento según las encuestas sopla en su favor y porque contrariamente a lo contado por Manrique, al menos en nuestro país, cualquier tiempo pasado no fue mejor, sino peor y casi siempre, mucho peor.