Pude ver el otro día, no sin cierta dificultad, por la tristeza que me producen siempre estas cosas, la fenomenal película-documental sobre Pasqual Maragall, ex alcalde de la Barcelona olímpica y destacado socialista catalán.Debo confesar sin embargo, que mientras estuvo en activo no es que fuera realmente un santo de mi devoción, como se suele decir. Siempre encontré en él, es posible que injustamente, un toque de soberbia y un afán de protagonismo excesivos.
Ahora, cuando la terrible enfermedad de Alzheimer empieza a hacer estragos en su mente, de hecho el título de la película alude a las palabras que más le cuesta recordar, creo que es justo rememorar uno de los instantes del parlamentarismo catalán más reveladores de los que él fuera protagonista, siendo President de la Generalitat.
Y es que estamos viendo en estos días como aquellos a los que se les llenaba la boca de promesas en Cataluña, Artur Mas y compañía, se aprestan a llevar a cabo los recortes a costa de los más débiles: de los enfermos, cerrando centros de salud, urgencias y recortando salarios; de la educación pública, suprimiendo plazas y precarizando las condiciones laborales del profesorado o abandonando a su suerte a los más desvalidos, los dependientes en las residencias de ancianos, a cuyos cuidadores no quería pagar.
En España arrastramos una deformación histórica. El nacionalismo, por aquello de su oposición al franquismo (y viceversa), se ha venido beneficiando durante décadas de una cierta "aureola" de progresismo y es muy fácil no reparar que los intereses que en el fondo defie nden son los de la derecha más insolidaria, ( y más peligrosa, prque no se la ve venir).
Por eso, es de justicia, ahora que estamos perdiendo a una de las figuras políticas socialistas más destacadas a manos de esa terrible enfermedad que da al traste con la memoria, hacerle nosotros este pequeño homenaje, precisamente recordándole cuando en un debate en el Parlamento catalán, mencionó al ahora Molt Honorale President, así, como quien no quería , de pasada, una cifra: el 5%; Al otro casi le da algo y se dio por aludido; claro, el porcentaje que según las malas lenguas Convergència exigía a empresas para la adjudicación de sus contratos y obras públicas y que supuestamente iban a financiar al Partido, coincidia con el guarismo.
Maragall,con sorna les recriminó lo rápido que saltaban los convergentes al tocarles determinados resortes, "mollets", si no recuerdo mal.
En estos día, cuando hay mucha gente en Cataluña, los más vulnerables, como suele suceder, que lo empiezan a pasar mal, no está de más recordar que estos cargos políticos responsables de los ajustes, prometían "el oro y el moro" en la oposición..Ahora aparecen revestidos de impostada dignidad y hablando con voz engolada desde las tribunas y despachos oficiales, cuando no hace tanto no estaban demasiado lejos de los implicados en los escándalos de corrupción " Caso Palau", Prenyafeta, por ejemplo.
Vaya esto en honor de una figura política, polémica tal vez, antipática en ocasiones, pero sin duda valiente y honesta, que se nos está yendo con una dignidad que ya quisieran para sí algunos de los que se quedan, para infortunio nuestro.
molt bo com, sempre
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