Poco hay que decir de Esperanza Aguirre que no se haya dicho ya. Su habilidad para salir indemne de todo trance está fuera de toda duda: accidentes de helicóptero, casos de espionaje político, Gürtel, mociones de censura (Tamayazo), atentados de Al Quaeda......
Es bien sabido que es una mal hablada, por mucho que fuera a colegio de pago (una debilidad que tienen los de su clase), sin ir más lejos, un micrófono indiscreto la pilló llamando "hijo de puta" a Gallardón, como seguro que recuerdan todos ustedes, (y él más, probablemente).
Las declaraciones que ha hecho hoy para justificar el aumento de dos horas lectivas a los profesores de secundaria son de una ruindad sin parangón. Sabe, mejor que nadie, puesto que para eso precisamente lo hace, que es un ataque a los más débiles en toda regla, puesto que se van a suprimir desdobles, refuerzos y atención al alumnado. Conoce que se va a desmoralizar a un colectivo de profesionales que se dejan la piel en los institutos ante unos jóvenes hijos de una sociedad convulsa y compleja, y con eso está dicho todo, y sin embargo aventa recelos, siembra envidias , fomenta el desaliento.
Llegados a este punto, uno no puede dejar de preguntarse por qué la derechona de siempre, indefectiblemente la toma con los maestros cuando toma el poder. Lo mismo pasó después de la República, cuando se cargaron a la Institución Libre de Enseñanza, reprimiendo a los maestros , maestras e intelectuales y nos devolvieron a todos al medievo de la Falanje, la Sección Femenina y la O.J:E. Un atraso del que nunca nos hemos conseguido recuperar del todo.
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