En algunas ocasiones he oído cómo se establecían paralelismo entre los chinos y los valencianos: nuestra pasión por la pólvora, nuestra devoción al arroz, la creatividad y vena artística que, según dicen, compartimos.... Todo esto está muy bien. Tal vez algo forzado en el caso de algún paralelismo, (fallas/figuras de terracota, por ejemplo), pero bien, con un poco de buena voluntad, se puede aceptar.
Hoy sin embargo, nos hemos enterado de que un pueblecito se ha rebelado contra la terrible dictadura, yo ya no sé si comunista o "consumista", porque querían expropiarles unos terrenos para hacer urbanizaciones y campos de golf, y hete aquí, que a la policia se le ha muerto entre los brazos uno de los líderes campesinos.
Aquí toda coincidencia con nosotros o es pura casualidad o efecto de alguna sustancia narcotizante o alucinógena. A nosotros nos roban zonas verdes protegidas, quemándolas primero, las recalifican, hacen urbanizaciones, hoteles,campos de golf y hasta parques de ocio;se falsifican facturas de jardineria o se hinchan.duplicando las cantidades a pagar. Una vez que la pésima gestión sume a los proyectos en la más absoluta de las ruinas, se obliga a unas cajas y bancos participados públicamente, a comprarlas para acabar malvendiendo el parque temático y perdiendo las entidades bancarias, que ahora, una vez más, hemos de sanear con nuestro dinero.
Y todo esto sin que ningún responsable político haya sido imputado, ni acusado formalmente. Muy al contrario: han vuelto a ganar por mayoría absoluta las elecciones en la Comunidad Valenciana.
Cuando los farmaceúticos se han echado a la calle para reclamar las deudas a la Generalitat, a escasos metros de los enfermos depoendientes y sus familiares, a los que se les va a abandonar a su suerte en breve, trasciende la noticia de que el Gobierno Valenciano ha comprado a la firma que organiza las carreras de Fórmula I en Valencia, asumiendo una deuda de 30 millones de euros.
Tenemos lo que nos merecemos, no me cabe las más mínima duda.
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