No creo que haya muchos que se atrevan a cuestionar que la pasada campaña a las elecciones generales en nuestro país, ha sido, más bien atípica. El candidato popular, Mariano Rajoy, ha ganado, en lo que la revista americana TIME calificaba, - con toda razón- como "landslide" (corrimiento de tierras). Lo curioso del caso es que lo ha hecho sin desvelar apenas nada de su programa. Sólo algunas indiscreciones de Aguirre -siempre Aguirre- y Cospedal, pueden hacernos intuír por dónde pueden ir los tiros: como siempre a pagar los más débiles, recortes en educación, sanidad y dependientes.
En varias ocasiones le he oído presentarse como la solución de todos los males; como si la simple retirada de Zapatero y su irrupción en en la presidencia fuera motivo más que suficiente para exhortizar a los mercados, incentivar a la inversión y diluir las cifras del paro.
Fue confirmarse su victoria electoral y salir a la palestra para confesar, por si alguien aún no lo tenía claro, que él, de "varita mágica", nada de nada, que todos tendríamos que arrimar el hombro. Pero,¿ no habíamos quedado que el problema era Zapatero?.
Y ya por último, para acabarlo de arreglar, confiesa que va a exigir a Merkel y a Sarkozy, para adherirse a su plan, que el Banco Central Europeo compre deuda de España, en caso de que sea necesario.¿ No decía Merkel que el BCE era independiente?
Me da que aquí hay más de uno mareando la perdiz. Estamos en manos de una clase política alicorta, patizamba y sobre todo miope que nos está llevando al borde de precipicio con la alegría de los inconscientes, mientras se miran al ombligo de sus propios intereses electorales, sin darse cuenta de que , como se dice por aquí, "muerto el perro, se acabo la rabia.".
En política nacional he seguido con estupor cómo pacientes del País Vasco, ese territorio que siempre hemos reivindicado como del estado español, eran ahora rechazados en la Rioja y obligados a cambiar su centro de salud habitual por otro que estaba a más de ochenta kilómetros. Diga lo que se diga, la ausencia del Ministerio de Sanidad en toda esta polémica, ha sido clamorosa. Si bien es cierto que se está ahora en el cargo " en funciones", lo menos que se puede hacer es precisamente ejercerlas - las funciones, digo.-, porque cobrarlas, seguro que las cobran,.
Cuando veo en un reportaje de EL PAIS. a la titular, - en funciones- de la cartera, postulándose ahora como futuro del PSOE, después de todo lo que ha dado de sí en estas dos legislaturas, me hace ver que la distancia que hay entre la realidad y en cómo ésta es percibida por algunos políticos,ya sea " en funciones" o en pleno ejercicio de las mismas es , en ocasiones, devastadoramente insalvable.
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