miércoles, 7 de diciembre de 2011

Que será, será...

No creo que haya muchos que se atrevan a cuestionar que la pasada campaña a las elecciones generales  en nuestro país, ha sido, más bien atípica. El candidato popular, Mariano Rajoy,  ha ganado, en lo que la revista americana TIME calificaba, - con toda razón-  como "landslide" (corrimiento de tierras). Lo curioso del caso es que lo ha hecho sin desvelar apenas nada de su programa. Sólo algunas indiscreciones de Aguirre -siempre Aguirre- y Cospedal, pueden hacernos  intuír  por dónde pueden ir los tiros: como siempre a pagar los más débiles, recortes en educación, sanidad y dependientes.
En varias ocasiones le he oído presentarse  como la solución de todos los males; como si la simple retirada de Zapatero y su irrupción en en la presidencia  fuera motivo más que suficiente para exhortizar a los  mercados, incentivar  a la inversión y diluir las cifras del paro.

Fue  confirmarse su victoria electoral y salir a la palestra para confesar, por si alguien aún no  lo tenía claro, que él, de "varita mágica", nada de nada, que todos tendríamos que  arrimar el hombro. Pero,¿ no  habíamos quedado que el problema era Zapatero?.

Y ya por último, para acabarlo de arreglar, confiesa que va a exigir a Merkel y a Sarkozy, para adherirse a su plan, que el Banco Central Europeo compre deuda de España, en caso de que sea necesario.¿ No decía Merkel que el BCE era independiente?

Me da que  aquí hay más de uno mareando la perdiz. Estamos en manos de una clase política  alicorta, patizamba y sobre todo miope que nos está llevando al borde  de precipicio con la alegría de los inconscientes, mientras se miran al ombligo de sus propios intereses  electorales, sin darse cuenta de que , como se dice por aquí, "muerto el perro, se acabo la rabia.".

En política nacional he seguido con estupor cómo pacientes del País Vasco, ese territorio que siempre hemos reivindicado como del estado español,  eran ahora rechazados en la Rioja y obligados  a cambiar su centro de salud habitual por  otro que estaba a  más de ochenta kilómetros. Diga lo que se  diga, la ausencia del Ministerio de Sanidad en toda esta polémica, ha sido clamorosa. Si  bien es cierto que se está ahora en el cargo " en funciones", lo menos que se puede hacer es precisamente ejercerlas - las   funciones, digo.-, porque cobrarlas, seguro que las cobran,.

Cuando veo en un reportaje de EL PAIS.  a la titular, - en funciones- de la cartera, postulándose ahora como futuro del PSOE, después de todo lo que ha dado de sí en estas dos legislaturas, me hace ver que la distancia que hay entre la realidad y en cómo  ésta es percibida por algunos  políticos,ya sea " en funciones" o en pleno ejercicio de las mismas es , en ocasiones, devastadoramente insalvable.

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