domingo, 21 de mayo de 2017

VICENTE PEREZ DEVESA Y LLUIS LLACH, EN LA MEMORIA



 


           
           

    Aquel año en la gala de inauguración del Festival de Cine de L'Alfàs,  no cabía ni un alfiler.  Hacía poco que el Partido Popular accedido a la deseada alcaldía mediante una polémica moción de censura y su desembarco fue arrollador en el emblémático acto cultural, a modo de celebración . Alcaldes, diputados y cargos departían animadamente con algún que otro conseller venido para la ocasión.

            Mi presencia en el evento no podía resultar más embarazosa. La tremenda crispación política vivida en los últimos meses en L'Alfàs y el hecho de haber debutado como portavoz en el histórico pleno de la moción, me habían convertido en poco menos que un apestado con el que pocos se atrevían a cruzar palabra, “sic transit gloria mundi”

            Es probable que la  experiencia política acumulada por el alcalde de Benidorm Vicente Pérez Devesa le permitiera percartarse de  esta circunstancia, pero lo cierto es que abandonó el grupo de  acompañantes alcaldes de la comarca, algún diputado  y se acercó  cruzando pausadamente el auditorio de la Casa de Cultura para darme  un fuerte apretón de manos y preguntarme, al tiempo que  golpeaba cariñosamente el hombro por el alcalde depuesto, al que seguramente habría conocido en su  dilatada trayectoria política.

            No conocía a Pérez Devesa. Jamás había cruzado palabra con  él, aunque admiraba sus dotes de orador ,  sarcasmo y socarronería que usaba para sentenciar cualquier debate  (aún teníamos canales locales de televisión). Sin embargo en aquella ya lejana noche de julio, me dio una lección de generosidad y grandeza que jamás  he podido olvidar ( ni dejar de agradecer), y que de algún modo me hicieron recordar el celebérrimo poema de Kipling “If”, porque no era fácil en absoluto sustraerse al ambiente de    linchamiento “social” que prevalecía en esos momentos y él lo hizo con  la naturalidad que solo los realmente grandes pueden evidenciar en situaciones semejantes, porque están ya “de vuelta” de todo.

            Y por ese mismo motivo, sólo alguien con una personalidad semejante se podía permitir, militando en un partido como el suyo, traer a Lluis Llach, de quien era un declarado admirador, a Benidorm, en un magnífico concierto para una noche de verano en el Parque de L'Aigüera. Sería la última vez que  asistiría en directo a una actuación del cantautor, al que  años atrás había perseguido, senyera en ristre por Valencia, Gandía, Xátiva u Ondara en pos tanto de sus canciones como de unas libertades que, estando lejos aún de conseguirse, el de Verges era uno de los principales  exponentes  en su reivindicación.

            El tiempo a veces nos brinda quiebros inesperados. La polémica moción de censura, mejorable  en algunos aspectos, a la postre sin duda contribuyó a poner a todos, entrantes y salientes,  en el lugar que probablemente merecían  y  a diario, ya  en otro orden de cosas, podemos comprobar como hoy mismo se cuestionan valores, conceptos  o instituciones que en algún momento llegamos a considerar inmutables: monarquía, sindicatos,  Constitución .

            Sin embargo, hay ocasiones en las que  el panorama con el que nos damos de bruces a la vuelta de un recodo es  especialmente devastador, como es el caso de ese Lluis  Llach que el Procés nos ha varado en  la orilla de la actualidad y en quien  es  muy difícil reconocer   a aquel otro que nos emocionara en el Parc de LAigüera, evocando a “les vinyes verdes vora el mar” o “Abril del 74”. Aquel que hablaba  de “enterrar la por” y nos hacía entonar emocionados “Cal que neixen flors a cada instant”, aparece ahora con gorro de lana calado hasta las orejas ( al margen de la estación del año) y blandiendo una estaca con ciertas similitudes con aquella otra que entre todos se consiguió tumbar, porque todos los nacionalismos son parecidos, como en su día apuntaran curiosamente los dos George ( Orwell o  Steiner)
           


           



    En un penúltimo acto de insumisión, me niego a que la prosaica actualidad arramble también   con aquellos sueños e ideales por los que un día probablemente lo habríamos dado todo y que sin duda nos han acompañado durante gran parte de nuestras vidas.            Por ese motivo, por razones básicamente de supervivencia  (o de salud mental, si se quiere) he  llegado a la conclusión que el Llach actual de mirada torva y profeta de sufrimientos,  no puede ser más que un lúgubre “avatar” diseñado por alguna agencia secreta de la Generalitat;  porque en estos tiempos tan prosaicos, de corruptelas, corporaciones , inconfesables intereses y porcentajes (3% incluido), no hay nada más peligroso que las Itacas, como esa del  poema de Kavafis, a la que él tan magistralmente cantara, precisamente porque nos exhortaba a ir “mes lluny de l’avui que ara ens empresona” y a  ser más sabios y generosos;  aunque la fe no sea “viure d’un record passat”.

miércoles, 26 de abril de 2017

"LES LLENGÜES DELS VALENCIANS"

Les llengües dels valencians

26.04.2017 | 04:25 l asma es una enfermedad terrible que convierte algo tan natural como respirar en una extenuante lucha por la supervivencia y, sin embargo, en mi caso le he de estar agradecido ya que al impedirme asistir a clase más de treinta días en un trimestre me abocó a la repetición del tercer curso de primaria que cursaría conforme a una nueva ley educativa, la EGB, que entre otras novedades incorporaría el inglés a los curriculums, a cuyo estudio y enseñanza he dedicado mi vida profesional y que ha ampliado considerablemente mi horizonte vital que de otro modo hubiera sido considerablemente más pobre y, sin duda, mucho más aburrido.

La ausencia del valenciano en las aulas se habría de prolongar muchos años más, aunque el encanto que despierta lo prohibido y las ansias de libertad que se respiraban en el tardo franquismo y primeros años de la democracia nos llevara a buscar algún aula vacía del IES Bellaguarda de Altea en la que algún temerario profesor se atreviera a adelantarnos algunas nociones de nuestra proscrita lengua materna.

La suerte de las dos lenguas con el tiempo no ha podido ser más dispar. Superado el primer impulso, que sin duda supuso la Llei d'Us del Valencià impulsada creo que por Císcar (y jamás acabada de implantar), y la innegable labor de divulgación protagonizada por el Canal 9 en sus comienzos, especialmente con el público infantil, el valenciano se ha recluido en las aulas resistiendo gracias al éxito de las líneas en valenciano , los recelos del principal partido de izquierda del País Valencià (con las honrosas excepciones, de Císcar, Joan Romero o el propio Puig, que algo bueno ha de tener) o las salvajes embestidas de los populares que a punto estuvieron de cobrarse la pieza.

Es por eso que no es en absoluto descabellado que ambas lenguas, inglés y valenciano, dada la incuestionable preeminencia del castellano avancen de la mano hacia lo que Sanchís Guarner planteaba como utopía en su emblemática La Llengua dels valencians: «?allò que no tardarà en ser realitat es que els homens de tot el món a més d'una llengua nacional, en parlen tots d'un altra internacional».

La diferencia fundamental entre el plurilingüismo del actual conseller del de sus nefastos predecesores es lo loable de la finalidad que persigue, prestigiar el valenciano y extender su uso al tiempo que se consolida el dominio del inglés, especialmente en la escuela pública. Font de Mora y su sucesora apenas disimulaban su intención de convertir al valenciano en algo testimonial y a la escuela pública en subsidiaria de la privada, sin importarles siquiera caer en el ridículo, como en aquella estrambótica ocurrencia ofertar el chino mandarín como asignatura optativa.

Pero es importante ser audaz. No se puede ir de farol ni fiar todo al voluntarismo de los de siempre, como se ha hecho por otra parte con el proyecto Xarxa Llibres, que ha recaído , de nuevo en las doloridas espaldas de los docentes. El plan de formación del profesorado ha de ser de calidad, ambicioso y audaz, se han de echar los restos y tratar a los docentes con el respeto que se merecen, porque el propio Guarner que hace más de medio siglo ya apostaba por el plurilingüismo advertía también de la indisoluble relación entre lengua y pensamiento: «Parlar d'una manera peculiar significa pensar d'una manara privativa (?) i concebre la vida d'una manera pròpia». No valen aquí, pues, paños calientes porque hay mucho en juego y se deben evitar a toda costa las chapuzas de otros lares.

En educación, sin embargo, estamos abocados al optimismo y no está demás hacer caso al profesor cuando apelaba a la fe que los valencianos hemos de tener en nosotros mismos, incrementada en este caso por el hecho para nada menor, de que al frente de la Conselleria d'Educació se encuentre, al fin, un maestro en lugar de un forense. Imposible encontrar dicotomía más acendrada. El tiempo dirá.

jueves, 5 de enero de 2017

“DESDE RUSIA CON AMOR”



La historia se repite .Todos lo hemos escuchado o pensado en alguna ocasión y en cierta medida es algo lógico si tenemos en cuenta que a sus protagonistas, a nosotros, nos mueven las misma pasiones que a nuestros antepasados con quienes compartimos  querencias, obsesiones  y vicios. Esa es la principal razón por la que las tragedias de Shakespeare  son atemporales y a sus protagonistas, Otello: Hamlet, Macbeth o Coriolanus arquetipos cuya  encarnación  cualquiera puede reconocer en un  amigo o conocido a la vuelta de la esquina; o en algún personaje público, que para el caso es el mismo. Pedro Sánchez, sin ir más lejos haría un magnífico Coriolanus, abocado a un desventurado final por mor de su obstinación.

            Los imprevisibles cambios de rumbo al que se esta viendo sometido el mundo en general, y Europa en particular, se diría que está provocando en el ánimo de muchos de sus ciudadanos una inquietante sensación  de “deja vu” que de manera más o menos consciente nos retrotrae a épocas  de la historia de la humanidad que más  nos valdría  sólo se reeditasen en los libros de historia y ensayo. Si además esto, que no deja de ser una apreciación más o menos subjetiva, lo vemos corroborado por  el nóbel Paul krugman, que recientemente  señalaba en un artículo los  paralelismos que se dan entre la Europa actual y aquella de principios del siglo XX, es difícil escapar a una inquietante sensación de zozobra

            Porque  aunque el reparto de actores suele ser el mismo, con ligeras variaciones, los papeles pueden intercambiarse hasta extremos imposibles.  Hubo un momento en la historia europea, no hace tanto por cierto, en el que las esencias de lo que para la humanidad  encarna el proyecto Europeo  ,  estuvieron custodiadas al otro lado del Canal de la Mancha, tras los acantilados de Dover;  cuando el  nazismo y fascismo se aplicaban  en someter al yugo del totalitarismo al continente en su práctica totalidad con la gallarda excepción de Gran Bretaña y su primer ministro Churchill que supo ver el papel que la historia le tenia reservado y no dudó ni  un instante en “to wage war until victory is won and never surrender” (emprender la guerra sin rendirse jamás) porque su armada habría de proteger a un conjunto de  países destrozados por Hitler, “los checos, los polacos, los noruegos, los daneses,los holandeses, los belgas, que como  dijo en una vibrante alocución en la BBC en mayo de 1940 habían sido engullidos por la “larga noche del nazismo”. ¿ Acaso no es esta la encarnación misma más del proyecto europeo, la defensa a ultranza de los valores inherentes a las democracias occidentales?

            Es muy triste por lo tanto que un país, particular si se quiere , polémico con frecuencia, antipático en ocasiones, pero que tanto ha hecho por la existencia de Europa haya optado por abandonar un proyecto común que ha garantizado el periodo más largo de paz y prosperidad que jamás se haya conocido en la región, y más triste aún que se haya llegado a este punto en base a falsedades y embustes de personajes  de la catadura moral de Farage y  Johnson.

            Es aterrador que el primer invitado al edificio Trump fuera precisamente el histriónico Farage, artífice de una escisión en le Unión Europea de imprevisibles consecuencias en el panorama político actual, con un Trump en las antípodas aquel Roosevelt del pasado, al que probablemente habría despreciado por su condición de lisiado, pero que fue gigantesco en su talla política , y que al contrario que el recién elegido presidente americano, que no dudó en pedir a los rusos que hackearan el correo de Hillary , no dudaría en apoyar  a Churchill, solo ante el peligro,  antes  incluso de del ataque  Pearl Harbour enviándole unos magníficos  versos de Longfellow,  consciente de lo que  andaba en juego “Sail on ...O Ship of Stdte/Humanity with all his hopes of future years /is hanging on thy fate” (navega Oh barco del estado/ la Humanidad con sus esperanzas de años venideros depende de destino)

            De nuevo se  encuentra Europa  sola ante el peligro. Como antaño,  hay  a un país humillado  con ansias de revancha, con un Putin   que tras digerir a Crimea y derribar un avión civil,  no  suelta  presa en Ucrania y  hace gala, además,  del rearme que ha protagonizado  en los últimos años .

De poco le servirán a Merkel  los balances de sus bancos en  Alemania impuestos a sangre y fuego, cual “libra de carne” a los países del sur.


Y todo esto con el agravante  de que  esta vez no tendremos ni a un Chruchill al que confiar nuestro destino, ni  un “champion of freedom” (Roosevelt) al otro lado del Atlántico, si las cosas se ponen feas.

domingo, 20 de noviembre de 2016

" NO DIGAS QUE FUE UN SUEÑO"



            El mismo Putin que no hace tanto filtrara el desafortunado  “Fuck Europe” con el que se despachara una  alta representante de la administración Obama, en  una discusión sobre Ucrania en un foro internacional , se sabe  ahora que ha  maniobrado con sus servicios secretos en las elecciones americanas que  se han decantado en favor de su admirador Trump; y si al declarado aislacionismo del último le sumamos el comprobado intervencionismo del primero, a los europeos se nos deberían poner los pelos como escarpias.

            Es evidente que el mundo se dispone a iniciar una nueva e imprevisible singladura que cuesta contemplar con optimismo dadas las señales que se avistan por doquier. Las democracias europeas, parasitadas largamente por intereses de importantes grupos de presión como hemos visto recientemente en el caso de nuestro país, han acabado por incubar con primor, una generación de políticos mediocre que difícilmente sabrán encontrar una salida aceptable a la laberíntica situación en la que se debaten los principales países del Viejo Continente.

            Enternece a estas alturas recordar como el nobel George Steiner se afanaba por encontrar una argamasa con la consistencia suficiente  para fundamentar el concepto europeo y en como  aludía entre otras cosas, a sus distancias razonablemente salvables,  y a la  omnipresencia de los cafés (con prensa disponible), como lugares para la tertulia, la conspiración y el contubernio.

            Lo cierto es que  esa proximidad  física en   el crisol de lenguas, religiones, etnias  e intereses que constituye Europa ,  ha sido la que ha  propiciado la interminable lista de invasiones que la han asolado desde las  legiones romanas , pasando por  las invasiones napoleónicas hasta llegar a las  dos  contiendas mundiales, especialmente la segunda, con  la “guerra relámpago” de Hitler. Nos lo acaba de recordar el recuperado cuerpo de Henry John Innes Walker,  desventurado capitán neozelandés muerto en la Batalla de Ypres ;  su rescate  y reciente identificación  nos trae a la memoria los  millones de jóvenes que como él sacrificaron sus vidas y abonaron el suelo europeo hollado en mil batallas, en defensa de la libertad y de unos valores que  aún tienen a Europa   como principal depositaria : el legado milenario procedente  tanto de Atenas como de Jerusalén , aunque  su milenaria coexistencia  no  siempre se haya dado en los mejores términos.

            Solo después de los horrores de dos guerras mundiales y especialmente tras las atrocidades nazis se crearían  las condiciones que permitirían al fin aunar esfuerzos, repartir sacrificios y avanzar en una misma dirección. Gran Bretaña bajaría el puente levadizo (que acaba de dinamitar con el Brexit)  para acercarse al continente; la Alemania de post guerra no escatimaría esfuerzos por hacerse perdonar  “sus pecados” y una Francia liberada y reconciliada consigo misma abrazaría con entusiasmo el proyecto europeo para  alejar para siempre la amenaza de  futuros  sobresaltos.

            Y es así como con el compromiso, la negociación y el diálogo entre las naciones y el pacto entre gobiernos,  empresarios  los sindicatos,   surgiría de un modelo de sociedad nuevo hasta  entonces  basado en el respeto de la dignidad de las personas, un  pacto social (ahora finiquitado) que propiciaría el periodo más largo de paz que jamás se haya vivido en nuestra atribulada historia , el único en el que los ciudadanos por fin, podrían conocer paisajes y paisanajes sin tirarse los trastos a la cabeza y en el que, si quiera por un momento, se acariciaría la utopía de un mundo sin fronteras.

            Pero en la  sociedad globalizada  en que vivimos, las circunstancias cambian a un ritmo de vértigo y si a duras penas hemos conseguido capear (  con secuelas)  los terribles embates de la recesión, sin una unión política y financiera real  y un posicionamiento estratégico común, no tendremos la más mínima oportunidad en los escenarios que el futuro inmediato empieza a perfilar ante nuestros ojos.

            No estaría demás que  algunos, visto lo sucedido en EEUU  pusieran sus barbas a remojar y  dieran  las luces largas; tal vez estemos aún a tiempo de, parafraseando de nuevo a Steiner ,  intuyendo el “colapso de nuestra civilización”,  podamos driblar la zancadilla que nos prepara el futuro  a la vuelta de la esquina para evitar  el regreso a un  pasado  no tan lejano que  en Europa yace a escasos 40 cm   de la superficie en las heladas llanuras centro europeas  donde descansaban los restos del desventurado capitán neozelandés por fin identificado .


            Sería de desear que su sacrificio, como el de tantos otros que corrieron su misma suerte,  no haya sido en vano para no tenerlo que reeditar,  probablemente con unas   proporciones y  consecuencias  que estremece imaginar.

domingo, 9 de octubre de 2016

"PEDRO Y EL LOBO I"

PEDRO Y EL LOBO”


            El 12 de marzo de este año se cumplieron treinta años del Referéndum de la OTAN orquestado por Felipe González. Fue sin duda  el mayor de los timos políticos  de los que  hemos sido objeto millones de españoles. Un joven Felipe por aquel entonces,  torció la voluntad popular mayoritariamente en contra de la entrada en la Alianza  con todo tipo de triquiñuelas, ( “OTAN, de entrada No”), para así cumplir con los compromisos que a nivel internacional era evidente había adquirido ya en el gobierno.
            Por eso cuando esta misma semana le vi aparecer dolido con Pedro Sánchez, porque según él  le había engañado, me entró la risa floja. Hay que reconocer sin embargo que ha conservado con los años intacta su capacidad para la impostura, la gravedad en la expresión, la modulación en la voz, la mirada de  no haber roto nunca un plato (con la que dejó liada); el encono con la que proclamaba a los cuatro vientos su afrenta,  comparable a la del grupo PRISA le delataba y permitía intuir que  tenía que haber algo más en juego; de nuevo  nos estaba mintiendo y contrariamente a lo declarado era evidente que tenía que conseguir la abstención del PSOE a toda costa; había algo más que su honor en juego. Porque González que se licenció en el gobierno en “las cloacas del Estado”, todo el mundo sabe que ha acabado por doctorarse en las letrinas de los consejos de administración de grandes corporaciones y del IBEX 35  desde su base en Marruecos,
            Personalmente cuando le vi en televisión fui consciente de la que se le iba a venir encima al desventurado Pedro Sánchez, porque uno tampoco tiene dos días y no sé por qué me vinieron a la cabeza unos versos de Lluis Llach en “Campanades a Mort”, “disset anys només i tú tan vell”.  Es verdad que Sánchez tiene algunos años más, pero no cabe duda de que ha   intentado insuflar a un partido esclerótico aires nuevos, empezando por aquello que se han apresurado a abortar de “un militante, un voto”.
            Pero las desgracias nunca vienen solas y en la Comunidad Valenciana, el mismo que en su toma de posesión nos regalara los oídos con los versos del “poeta del poble”, Estellés, ni corto ni perezoso ha salido de entre las faldas (o pantalones que para el caso es el mismo) de Mónica Oltra para acompañar en el apuñalamiento de Sánchez con su dimisión. Y esto nos lleva a pensar a más de un valenciano que todo es impostura en el de Morella y no solo el aditamento capilar que luce con gallardía. En su día transigimos con las peculiares primarias  que organizó,  como aquel que en el “trivial pursuit” aceptaba “pulpo como animal de compañía”, pero esta vez ha ido demasiado lejos. Lo que ha hecho es una clara indignidad. Lo de menos es que probablemente haya finiquitado su futuro político,  que  personalmente me trae al pairo. Lo realmente  grave es que el PSPV, tras una interminable travesía del desierto se merecía algo mejor  y  por un momento, con los versos de Estellés, algunos llegamos a pensar que finalmente habíamos encontrado , “Seràs la veu d’un poble”,pero ha sido precisamente ésta , el voto de los militantes, lo que se ha apresurado a silenciar en esta chapucera conspiración.
            Pedro Sánchez no lo tenía fácil. Es difícil de prever los resultados que se pudieran haber derivado de sus gestiones o  sus resultados en unas terceras elecciones en el alambicado panorama político nacional, pero un partido con 137 años de historia como el PSOE , que con sus claroscuros,  tanto ha aportado a la democracia de nuestro país, puestos a desaparecer (que no creo), se merecía una muerte a su altura,   de pie y batiéndose por los  ideales en los que  que siempre creyó y no postrado, doblando la cerviz ante alguien con una trayectoria política  tan despreciable como la de  Mariano Rajoy .
            Con todo, la voluntad expresa de Sánchez de volver a concurrir a primarias nos permite albergar aún alguna esperanza de que la palabra, como la rosa del poema del profanado Estellés, retorne de nuevo  a  manos del pueblo para su custodia contra el abuso y  maquinaciones de poderosos, farsantes y algún que otro “botifler”  chapuceramente embozado

miércoles, 28 de septiembre de 2016

“SOLTAR LASTRE”




            Noruega   no deja de ser un país pequeño y su prensa  recogió con profusión este verano el fallecimiento de  Marianne Ihlen, la ciudadana de este país que inspirara a Leonard Cohen en su celebérrima canción So long Marianne”.

            Confieso que  me emocioné mientras contemplaba las evoluciones de mi hijo Eduard en el skatepark de Kristiansund  al leer como el cantante, sabedor de que su antigua compañera se preparaba para el que sería su último viaje, le envió una bonita carta en la que le pedía que extendiera  la mano  para encontrar la suya propia, porque más allá del paso del tiempo y la distancia, su alma estaría a su lado en el momento de partir y la emplazaba a un próximo reencuentro que los achaques de  su propia avanzada edad  hacían prever no se demoraría demasiado. El artículo aseguraba que finalmente Marianne  antes de expirar adelantó su mano en pos de la de Cohen.

            Así que de repente  me encontré embargado por esa emoción que sólo desprenden  las causas perdidas y crepusculares como es el caso, aunque  verosímiles; porque es perfectamente factible que en determinadas ocasiones los sentimientos puedan sobrevivir a los embates  que las vivencias y el transcurrir del tiempo nos infligen,  para conservar a la postre esa llama de la que Quevedo dijera sabía “nadar el agua fría”, porque la alimentan la lealtad, una comunión en valores, una determinada forma de entender la vida capaz de salvar  distancias imposibles y de derrotar el paso del tiempo, porque arden inalterables en lo más profundo de nuestros corazones.

            Y mira por donde, al ojear  esta vez la prensa nacional, mucho más sencillo ahora con las nuevas tecnologías, me doy de bruces con las admoniciones  que dos ex presidentes del gobierno socialistas lanzan al actual secretario general  de su partido conminándole a que  facilite el gobierno  a Rajoy por el bien  del país. El que el Comité Federal le ratificara su apoyo no hace nada o  que la militancia  haya empezado a corear por doquier con retomado orgullo su lema “No es No”,  no parece importarles lo más mínimo: cual sumo sacerdotes del socialismo patrio han interpretado los designios del oráculo, se impone el sacrificio de Sánchez y  ellos se aprestan a ejecutarlo sin el menor miramiento y con  la mayor celeridad posible.

            Poco han tardado en aflorar los envarados barones (nunca mejor dicho), la inefable Chacón y la imprescindible Valenciano, por si hace falta apuntillar , confiando en que al “reo”  no le dé por  una consulta a la militancia que les dejaría con el culo al aire, como como saben perfectamente. Hasta Rubalcaba que había quedado la mar de aparente describiendo pastorilmente en Facebook los pajaritos que observaba desde su despacho de la facultad no ha podido evitar meter baza.

            Pedir a tu propio candidato que se inmole y  permita gobernar “por el bien del país” a alguien que lo ha dejado hecho “unos zorros”, con fracturas sociales y políticas que tardaremos décadas en suturar, (con suerte), y que lo hagan, además, coincidiendo con las campañas electorales en Galicia y Euskadi donde a su Partido no se le augura nada bueno, es de una gravedad infinita

            Ni González, ni Zapatero son unos pardillos en política . Los dos alcanzaron el poder cabalgando una enorme ola de ilusión y esperanza popular que defraudaron a la postre, como se encargara Pablo Manuel Iglesias de recordar, - con bastante mala sombra, por cierto-,  en el Congreso, en el caso del primero; y en cuanto al segundo, la reforma exprés de la Constitución, su cobardía ante  los desahucios y  el indulto a un cargo del Santander encarcelado,  le habrán de perseguir   mientras viva. Eso si su actividad como conferenciante de cabezera del democrático Rey de Marruecos no acaba pasándole factura como está a punto de sucederle con su  labores de mediador en Venezuela,  un  fiasco se mire como se mire.

            Llegados a este punto, auténtico cruce de caminos,   tanto para España como para propio Partido Socialista, cuyo proyecto de país es , por cierto , el único que nos aleja del abismo, tal vez no estaría demás parar el juego y que algunos extendieran  la mano , como  Marianne , para ver cuáles son las que cada uno encuentra como compañeras de viaje en esta  incierta pero decisiva singladura. Ver en qué casos la llama inicial de los valores socialistas, ha conseguido “nadar el agua fría” y en qué otros es alimentada artificialmente por intereses que poco o nada tienen que ver con los ideales que movieran al  Pablo Iglesias original.


            Una magnífica ocasión en suma  para soltar lastre , abrir velas y retomar el rumbo con decisión, porque estamos en tiempo de descuento y nos va mucho en la partida.

viernes, 22 de julio de 2016

"PROXIMA PARADA, ALICANTE"

“Próxima parada, Alicante” El aeropuerto de Alicante es el único de su categoría sin tener conexión ferroviaria; bueno, ¿ y qué?. También ha estado Benidorm, con más camas hoteleras que toda Grecia sin estación de autobuses hasta hace dos días y miren ustedes cómo ha sido el parto y las condiciones en las que sigue la criatura. Tampoco es que sea el único tren que hayamos perdido, la lista es interminable: parque tecnológico, entidades financieras; aunque lo peor tal vez fuera que se nos tomara por imbéciles cuando una ministra, oriunda de Benidorm para más señas, se dejara caer en vísperas de unas elecciones para prometer una lanzadera con el AVE a la sufrida capital turística, cuando todos consideraban las elecciones perdidas por goleada, la primera Pajín, que a juzgar por lo que tardó en salir escopeteada tras la debacle a buen seguro tenía ya preparados paracaídas y lugar de aterrizaje cuando nos pretendía “vender la moto”, que de casta le viene al perro. Seria injusto sin embargo atribuir la culpa en exclusiva a nuestros representantes políticos, miren si no el cuadro que pinta J.Ramón Gil de nuestras respetables organizaciones empresariales tan dadas a poner la mano y mirar hacia otro lado hasta no hace mucho, desmanteladas y a la greña; o el estado en que se encuentran los grupos de oposición, algunos fosilizados en este estado y los que iban a comerse el mundo en su afán regenerador enterrados en un Sepulcre que ya nadie se molesta en blanquear. Las escasas esperanzas que incautamente pudiéramos haber albergado con el cambio de inquilinos en el Palau de la Generalitat se han desvanecido rápidamente entre nosotros con la entronización de Cesar Sánchez en una suerte de “Virrey del Benacantil” dispuesto siempre a lanzarle a Ximo Puig lo primero que encuentra a mano, haciendo de la Diputación Provincial una especie de reservorio donde admirar las mejores esencias de las trapacerías que los populares han perfeccionado hasta lo sublime en sus largos años de gobierno: sueldos destarifados, transfugismo, nepotismo y siempre bajo el lema de la casa: “quien parte y reparte...” Difícil se lo ponen a los ilusos que aún se atreven a defender el papel de estas venerables instituciones decimonónicas; pero hasta que llegue su final, que tarde o temprano habrá de llegar, si de lo que se trata es de dar una “solución ocupacional” a aquellos que de uno u otro signo la parasitan, se podría optar tal vez, por una salida intermedia, porque hay que ser constructivo y convertirlas en una especie de parque temático donde las futuras generaciones puedan admirar los teje manejes que nos han llevado a todos el estado de postración en que nos encontramos. En la de Alicante, por ejemplo, Echávarri podría tener un papel estelar como artista invitado y Agustín Navarro, por fin su anhelado minuto de gloria. A Zaplana como mínimo habría que dedicarle alguna gran atracción de cara a Serra Cortina una suerte de “Magnus Recalificator.”. Y mientras las vemos venir, a los ciudadanos de a pie, con o sin carne del PSOE, siempre nos quedará Compromís, al parecer los únicos que hasta la fecha no han perdido “el Oremus” y parecen saber lo que se traen entre manos. Después vendrán los llantos y el crujir de dientes, las caras de Encarna llinares y Erick Campos al conocer los resultados electorales, eran todo un poema.