miércoles, 5 de febrero de 2020

"L'ESCOLA QUE ENS AGRADA" Diario informacion de alicante, 4 de enero de 2020






“L ESCOLA QUE ENS AGRADA”


            Parece ayer cuando  recibíamos alborozados al Pacte del Botànic. Tras una larga y extenuante gestación y un  parto de alto riesgo nos liberábamos al fin de las garras populares que con tanta saña se habían aplicado a la rapiña en nuestros servicios públicos. En  en estas mismas páginas celebrábamos  por ejemplo ,que la  Conselleria d’ Educación recayera en manos  de quienes en principio  estábamos seguros restañarían los terribles destrozos que los recortes inmisericordes habían infrigido en nuestra escuela publica.

             Las esperanzas eran tan altas como bajo el listón que dejaban los que abandonaban  Campanar, rabo entre las piernas,   perseguidos por la misma ola de corrupción  que iba inundando todas y cada una  de  las consellerias  por las que habían campado durante décadas.

            A cinco años vista,  no hay tanto que celebrar. Estadísticas oficiales aparte, inasequibles siempre al desaliento,  lo cierto es que los recortes   en  educación  distan mucho de haberse revertido y ahí siguen de forma obstinada para quien los quiera ver en   ratios,  horarios de profesores  y precariedad cuando no ausencia de instalaciones dignas, por no mentar los retrasos  o impagos de becas y salarios ya sea de profesores o de auxiliares de conversación.

            La gratuidad de los libros de texto,  ( Xarxa Llibres) sin duda un gran acierto, no ha hecho sino aumentar las responsabilidades y tareas burocráticas de los docentes sobre cuyas  espaldas  descansa su gestión;  importante carga solo  comparable  al peso de las medallas que no dudan  otros en colgarse por lo  mismo , sin el menor rubor ni consideración.

            Y en esas estábamos cuando nos enteramos que el nuevo  Reglamento Orgánico y Funcional de Secundaria generará un modelo de institutos que nada tendrá que ver con el tan cacareado funcionamiento democrático de los centros,  reivindicación  histórica de la izquierda. La capacidad que se  otorga a los directores para “pixelar” según qué plazas y configurar  así equipos de trabajo por afinidad  a supuestos proyectos y avanzar así hacia “l’escola que ens agrada”, (Marzà dixit) acabará por fomentar, al tiempo,  amiguismos,  adulación o la simple   docilidad en un claustro al que la Dirección podrá dispensar el mismo trato que ha ofrecido la Conselleria  a los representantes de quienes protagonizaron las mareas verdes, ¿las recuerdan?,  en la tramitación de este (u otros ) documentos : desprecio absoluto, ninguneo total.

            Un magnífico regalo cuando regrese el Partido Popular,  que no dice ni “mu”, pensando en las virguerias que será capaz de hacer con este R.O.F. Les han dado hecho algo que jamás se atrevieron a emprender.  Y ahí tenemos a la Bonig y sus grititos, para disimular, por el tema del valenciano y el plurilingüismo cuando tampoco en esto ha acertado ( el Botànic) y ha sido la propia O.C.D.E . la que ha acabado por reprocharles la situación de desprotección en la que esta Ley, (otra sin negociar) sitúa a nuestra lengua vernácula que es, no se olvide, también oficial.

            Todo sacrificado en el altar del dominio del inglés, en el que se impartirán asignaturas cuyos titulares  se han tenido que formar deprisa y corriendo en modalidad   “low cost” o  a coste cero para la administración como se quejaba amargamente   en los medios una profesora el otro día.

            Y nada bueno puede resultar de esto, porque las lenguas nunca deberían ser un fin en si mismas sino un instrumento de comunicación. Salvada la desventaja inicial de las minorizadas, lo  importante es el mensaje y su comprensión inequívoca. Pero difícil lo tenemos cuando ni emisor (profesor) y   ni  receptor   (alumno) dominan el código en el que se transmite.

            La cuestión no es baladí. De  sobra es conocida la conexión entre lengua y pensamiento, no sólo en su expresión sino en su propia génesis ,  una constante en  lingüística  y psicología, desde Chomsky hasta  Malmberg,  pasando por Piaget, Pinillos, y Unamuno entre otros.

            Este último  sin ir más lejos sugería adecuar el nivel de exigencia en la enseñanza   de  idioma (en su caso el latín), a la finalidad pretendida por su aprendizaje y relataba citando a Spencer  como “los indios asombrados de la labor del arado inglés hicieron de éste, pintándolo y erigiéndolo para adorar como ídolo un instrumento.”  ( “El Caballero de la Triste Figura”). Aquí , más chulos que un ocho,  ponemos  además el arado por delante del mulo.

            Con todo, lo peor es posible  que esté las formas. Esta querencia  al “ordeno”, esta aversión al diálogo  en los que alguien podría atisbar  brotes  de dogmatismo  y tics autoritarios en el seno  del Botànic, porque como todo el mundo sabe  el aforismo   “por sus obras los conoceréis” jamás ha fallado  en la historia de la Humanidad.


viernes, 25 de octubre de 2019

"CIUTAT CREMADA"




CIUTAT CREMADA


Lejos queda ya la Barcelona de la canción de Caballé y Freddie Mercury, aquella en la que las campanas congregaban a la comunidad (“calling us together”) , a contemplar un horizonte desbordante de belleza, presagio de un futuro prometedor.
Hoy lo que suenan es a arrebato y en el mismo horizonte lo que se recortan son las columnas de humo de una ciudad que arde por los cuatro costados, y no sólo en sentido literal.
Muchos son los errores cometidos, pero puede que el principal radique el el sistemático cultivo de la desafección llevado a cabo por unos y por otros. Una práctica suicida de acendrada tradición en nuestro país, que ha propiciado la periódica recidiva de la “cuestión catalana” en cada uno de nuestras etapas democráticas, como muy bien señalara Cebrián hace escasas fechas.
Si Zapatero en uno de sus excesos verbales se comprometiera a aceptar el Estatut que emanara del Parlament, el PP recogería firmas en su contra y promovería el boicot a productos catalanes; pero de lo que no cabe ninguna duda es que la espoleta que ha propiciado el estallido actual es el tsunami de corrupción almacenada tras las siglas del partido hegemónico catalán durante décadas, que le ha aupado a victorias electorales al tiempo que enriquecía a una casta política que, viendo amenazados sus privilegios, no ha dudado en “sacsejar les branques”, como amenazó Pujol. Porque no hay nada comparable a una bandera para disimular la inmundicia y si además es estelada, aún mejor, por su mayor capacidad de “absorción”.
Y después están claro, los pirómanos, aunque a ellos les guste más lo de patriotas, embelesados con el destellos de las llamas y su poder de destrucción esperando sin duda su oportunidad, sin importarles lo más mínimo el día der después, que habrá de llegar; que se hunda España”, decía Montoro., ¿recuerdan?
Y en esas estamos, cuando una rectora tuvo que cerrar impotente las puertas de su universidad ante los gritos del energúmeno de turno, similar salvo en las pistolas y correajes, a aquellos que intentaron amordazar a Unamuno en la Salamanca del 36, como magistralmente recrea Almenábar. ¿ es ese el futuro al que queremos regresar?. ¿ Cuál es el verdadero juego que se traen entre manos Casado, Alvarez de Toledo y un Ribera cada vez más parecido a un pollo sin cabeza?.
A los independentistas, aprendices de mago, es evidente que las cosas se les han ido de las manos y en Cataluña la cuestión va adquiriendo tonos de insurrección con una desnortada e incompetente clase dirigente que ahora reconoce haber ninguneado ni más ni menos que a la mitad de los catalanes. Un peligro que ya atisbara la prestigiosa revista TIME en el 2017, cuando atribuía al proyecto de Puigdemon y compañía propiedades radioacticas no sólo para España, sino para el conjunto del proyecto europeo (“radioactive for Catalonia, Spain and the whole Europe”.)
En “La Ciutat Cremada”, película de 1976 en el que el director Antoni Ribes recreara los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona, un grupo de anarquistas se congregan para aprender el esperanto, en su loable intento de alcanzar la utopía de lograr un idioma común con el que toda la humanidad pueda entenderse.
Es difícil escapar de la tristeza al comprobar el estado de postración al que una vez más hemos llegado. No solamente en España y Cataluña donde se abona la diferencia, la exclusión e incluso el supremacismo, sino a escala global, donde las utopías han cedido el paso a las distopías y populismos varios apadrinados por los Trump, Putin, Erdogan, Orban, Johnson entre otros. Veremos si al final no acabamos por descubrir que detrás del “Procés” y “Tsunami” hay más de lo que en un principio estábamos dispuestos a admitir..
La actualidad ha venido a corroborar la afirmación de la reciente Premio Princesa de Asturias de literatura, Siri Hustvedt , cuando afirmaba que el progreso hacia un futuro mejor no es más que un falso mito. Pero al menos deberíamos tener derecho a conservar las sueños del pasado, aunque no fueran más que eso, ilusiones, meras quimeras, mitos ; Contemplar la decadencia de todo un símbolo para nuestra generación como Lluis Llach usando “ la estaca” de su emblemática canción para alimentar el fuego de los contenedores en las avenidas barcelonesas, después de haberla blandido para amedrentar a los funcionarios tibios con el Procés, fue para mí, especialmente doloroso. Jamás me repondré.

miércoles, 24 de abril de 2019

"TRIPLES IN HEAVEN" a David Arques In Memoriam








TRIPLES IN HEAVEN”, a David Arques, In Memoriam.

En una leyenda irlandesa que leyera ya hace algunos años, una “fairie”, hada de la mitología celta, concede un deseo a un pastor (si mal no recuerdo) que le acaba de salvar la vida. Este pastor le pide la eterna juventud como recompensa y el hada se lo concede arrebatándole la vida en el acto.

Me pareció un relato tan cruel e injusto, con un final tan absurdo, que su recuerdo me ha perseguido todos estos años como una pesadilla y que he revivido con lacerante intensidad hace unos días con el trágico suceso que nos ha conmovido a todos en L’Alfàs. Porque no hay nada peor que despedir a un niño de solo catorce años como David Arques que, con toda la vida por delante, al igual que en la leyenda irlandesa, ha visto congelada su inocencia de manera súbita y brutal por el simple hecho de ser niño y buscar la felicidad jugando, que es lo que todos los niños deben hacer.

Será así pues , alegre, eternamente niño, con la sonrisa de oreja a oreja de camino al entrenamiento de baloncesto, su pasión, como lo habremos de recordar en adelante; magro privilegio de quienes nos abandonan antes de hora dejándonos al resto a merced de los embates del paso del tiempo con el inconsolable dolor que siempre produce una pérdida tan inesperada como injusta.

Nos quedará en su ausencia la rabia que nos mueve a la rebelión, a emplazarnos íntimamente a un futuro reencuentro, sin saber muy bien ni dónde ni cuándo, con aquellos a quienes hemos querido y que nos han dejado antes de hora, como David. Más conscientes que nunca de nuestra fragilidad , de lo efímero de cuanto nos rodea y de lo imprevisible de nuestro destino. De poco serviría que en ese aciago y gris sábado de abril el cielo corriera a auxiliarnos abriéndose en canal sobre los congregados en este el último adiós con un torrente de lágrimas persistentes, pero suaves como pétalos; meritorio pero vano intento de consuelo, porque inabarcable es el dolor que deviene de la gratuita pérdida de un niño inocente.

    Y a nosotros no nos quedará más que seguir adelante, como resignado
aseguraba que haría Erik Clapton a su hijo en el cielo, perdido en una tragedia similar,
inmortalizada en la canción “Tears in Heaven” (“Lágrimas en el cielo”) Y así lo haremos ,
sacando fuerzas de flaqueza porque seguro que ,además, es a lo que el propio David
nos emplazaría, luchador y peleón como era, aunque con su recuerdo indeleble
guardado para siempre en lo más profundo de los corazones.

¡Hasta siempre campeón!

domingo, 7 de abril de 2019

LEÑA DE ARBOL CAIDO ( Diario Información de Alicante, 6 de abril de 2019)


LEÑA DE ÁRBOL CAÍDO”

L’Alfàs del Pi ha sido se siempre un pueblo modesto. A diferencia de otros carecíamos de industrias con solera de las que hacer alarde, La naturaleza nos había negado las joyas naturales de las que algunos de nuestros vecinos presumían (con razón) y la historia, dada nuestra relativa juventud, había pasado de largo sin dejarnos legado alguno del que hacer blasón ( o eso hemos pensado hasta hace dos días).


Bien pronto sin embargo iríamos tomando conciencia de la curiosidad que despertaba nuestro topónimo, ese Alfàs del Pi, especial, distinto, con personalidad, que pienso ahora tal vez despertara cierta envidia en nuestros compañeros del instituto Bellaguarda de Altea, proclives a hacer curiosas rimas a modo de chanza a expensas del “Pi”, que no voy a repetir aquí y que nosotros sobrellevábamos con entereza y orgullo, ya que nos confería carácter y porque además, a finales de los setenta, tenía la osadía de incluir una palabra en valenciano, proscrito durante décadas, cuando se aventaban ya los cambios que no tardarían en llegar por fortuna.
El Pi, al que probablemente no habíamos prestado demasiada atención ajenos a su significado histórico, pasaría entonces a adquirir la categoría referente, que jamás perdería hasta hace escasos días, cuando ha acabado por dejarnos para siempre. A nadie le ha pillado por sorpresa sin embargo; no era difícil constatar cómo se iba apagando ante nuestra impotente mirada ; como tampoco lo era anticipar, dado el país en que vivimos, el uso político que se acabaría por hacer del luctuoso asunto.

Ahora bien, lo que jamás me habría podido imaginar ni “harto de vino” es la teoría de la conspiración con la que se ha despachado la veterana candidata por ciudadanos, Sra. Torres, en el último pleno, digna del mejor realismo mágico, y que consistió, ¡atentos!, en acusar el equipo de gobierno de haber planificado su trágico final y tala para programar su reposición en el aniversario de la independencia de Polop. Establecía, además, un rocambolesco paralelismo con la muerte oficial de Franco que se haría coincidir en su día con la del aniversario de la de José Antonio; y todo esto (hablo de L’Alfàs), para sacarse la correspondiente foto con la que pasar a la historia. Tanto es el valor que al parecer ella misma confiere a esta circunstancia, la foto, que cree plausible tamaño descabello.

Todos hemos oído alguna vez aquello de que “en política vale todo” , pero lo que no tiene un pase por mezquino y por la miseria moral que denota es aprovecharse de una desgracia, una tragedia si se quiere, para sacar tajada electoral y ganar un puñado de votos , aún usando unos infundios como es el caso tan ridículos que nadie en su sano juicio puede llegar a creerse.

Es lo que hizo en su día el PP con los atentados del 11 de marzo mintiéndonos al atribuírselos a ETA (Zaplana aún lo hace) contra toda evidencia y es lo que emula aquí la candidata de Cs en un intento que, por patético que sea y salvadas las distancias, no deja de traslucir la misma escala de valores.
La muerte del Pi nos ha entristecido a todos. Ha sido durante décadas más que un emblema, una especie de “totem viviente” que nos convocaba a su alrededor como sucediera en algunas tribus de la antigüedad para compartir alegrías y exorcizar penas. Nos ha dado la bienvenida a nosotros, a nuestros hijos y cobijado cuando con dolor despedíamos a nuestros allegados. Nadie tiene pues el derecho de hacerse con el copyright de estos sentimientos con mentiras y menos aún para permanecer en el candelero

Porque lo cierto es que todos tenemos nuestra fecha de caducidad asignada, también en política, y cuando después de décadas como munícipe, el pabellón es lo de menos, como es el caso de la Sra. Torres, no se tiene nada mejor que hacer que el recurso a la infamia, lo que cuenta es la foto, ya se sabe, tal vez no estaría de más consultarla (su caducidad, digo) y plegar velas con la máxima dignidad que se sea capaz de reunir para evitar que, como sucediera al PP , su colofón final acabe por adquirir tonos de tragedia o charlotada, a cuál peor, quedando en evidencia a la postre una trayectoria política, siempre en opinión de quien suscribe, tan dilatada como baldía.



martes, 12 de marzo de 2019

PACTANDO CON LOBOS


PACTANDO CON LOBOS



Nos las prometíamos muy felices con la aparición de Ciudadanos y su desembarco en  la política nacional. Su ejecutoria en Cataluña, luchando en desigual combate contra el nacionalismo desbocado fue digna de admiración. Será muy difícil olvidar a  la Arrimadas de la vergonzosa sesión plenaria del 10 de octubre defendiendo sus convicciones y derechos democráticos, que allí y entonces eran  también los nuestros.  Una actuación vibrante que hizo palidecer la del resto de grupos de la oposición aunque Iceta y Cosculluela  se despacharan  también con dignidad.

            Por fin íbamos a contar con una derecha  europea, una bocanada de aire fresco que habría  de ventilar la confrontación política frente a un PP ahogado por el hedor   de la  corrupción que gangrenaba ya la mayor parte de sus estructuras.

            Era, en definitiva, un tercero en discordia; una  España distinta de esas dos  de Machado que tradicionalmente nos habían “helado el corazón”  . Un signo pues de modernidad y  madurez de nuestra democracia. Traían, además , la mochila vacía; esto es,  sin hipotecas ni cuentas pendientes, ni  en lo político ni en lo personal, que siempre es una ventaja. Podían por tanto desbrozar caminos y tender puentes para el diálogo; buscar puntos de encuentro, común denominadores, hacer política en resumidas cuentas. La diosa Fortuna, por fin, nos sonreía.

            Pero hete aquí que tras nueve meses del gobierno socialista de la moción de censura y poco antes de todo tipo de comicios electorales, Rivera olvida sus postulados y apuesta por la confrontación que tan buenos resultados le diera en Cataluña, por otra parte, aunque aquí lo haga contra partidos democráticos socios en la defensa de la Constitución.  Cava  trincheras y rodea de alambre de  espino  unos escaños que se le auguran menguantes en alocada competición  con  PP y VOX. En su desesperación por  evitar  la insignificancia,  no duda en echar manos de la heroína del 10 de octubre a quien  que arrastra  a la arena nacional en una suerte de Juana de Arco 3.0, que  en esta ocasión  coge el tren al vuelo y sin hacerse  de rogar. Los efectos que su deserción y  “tocata y fuga” puedan   tener  en Cataluña estos momentos es lo de menos.

            Sucede sin embargo que los tiempos de  holgadas mayorías han pasado a mejor vida y  los votos  podrían  determinar como única solución viable (o la más razonable) ese pacto con los socialistas del que él  ha abjurado.

            Haría bien el señor Rivera en recordar que las alambradas y trincheras de la Gran Guerra acabarían convirtiéndose en trampas y tumbas  para muchos de sus  moradores. Sería una lástima que esto mismo sucediera con Ciudadanos porque  así como VOX era y es perfectamente prescindible, ahí está el PP de siempre , aquí  se echaba  de menos  una derecha  con propuestas en lo social y  económico  más acordes con nuestro tiempo y  a la que “The Economist”, por cierto,  auguraba un brillante porvenir, al contrario de lo  que  acaba de hacer tras su pirueta final.

            En política el tiempo se estira hasta el infinito y no es descartable que entren en razón. El panorama de momento  es inquietante, con descalificaciones, insultos , candidatos que presumen de ir armados y ahora, además, trincheras y alambre de espino. Y cuando los remedios son peores que la enfermedad sólo  queda  fiarlo todo a la providencia o al proverbial optimismo de Sánchez, cualidad definida por Guillermo del Toro en TIME esta semana  como “el instinto de respirar cuando nos ahogamos”,  lo que nos sucederá a todos, ahogarnos digo,   si se impone una vez más el grito  a la palabra.

            Confiemos pues en el buen criterio de los ciudadanos y que  con sus votos respondan la retórica pregunta de Guerra  (“¿ Hay alguien ahí?”) demostrándole que los que están tal vez no sean los que probablemente él esperaba,  por el bien de todos, incluso el suyo propio

domingo, 13 de enero de 2019

"CON LA MUERTE EN LOS TALONES"





            “Uno no es de ninguna parte hasta que no tiene un muerto enterrado bajo tierra”, clamaba  José Arcadio Buendía en  “Cien Años de Soledad” y en Cataluña, a lo que se ve, tiene una pléyade de seguidores desquiciados por extender la primera  escritura de propiedad.
            Si un día reclama un miembro del Govern, una víctima en el altar de la credibilidad del “Procés”, al poco se despacha el histrión de Torra con una loa a la vía eslovena, pavimentada como se sabe sobre los restos de 60 desgraciados, que son siempre los que acaban pagando el pato.
            Poco más tarde intervendría  Tardà para matizar. Los muertos que los pongan los de enfrente y alude a los desastres de Anual y del 98. Una postura con más “seny”, viendo quiénes han hecho un uso más proactivo de la violencia, ( “cualquier cosa que ocurre con violencia o brusquedad”, María Moliner), o quiénes han tenido la divertida ocurrencia de ahorcar monigotes de puentes de autopista,  desenfadado canto a la vida y a la convivencia donde los haya.
            Y mientras tanto otros aseguran que esta vez la Reconquista empieza por el Sur con una espectacular subida  de la extrema derecha aún por digerir que no se sustenta, y esto es lo verdaderamente notable, en programa electoral alguno porque “cuando se tiene una buena dosis de odio no hace falta esperanza”, según Faulkner.. Algo parecido a lo que TV3 reprochaba al Govern en una brillante parodia del último anuncio de IKEA.
            Cómo es posible que Cataluña haya caído en una situación tan dolorosa como la que está a punto de producirse”, se preguntaba  Tarradellas con amargura hace cuarenta años en una carta dirigida al director de La Vanguardia, alarmado al ver como se empezaba a incubar el huevo de la serpiente que nos acaba de eclosionar. Pues como siempre, porque no es la primera vez que nos sucede. Por una perniciosa combinación de intereses, incompetencias o incomparecencias de los “hunos” y de los “hotros” del imprescindible Unamuno y por la impagable contribución de los independentista con su atávica manía de morder la mano de quien  con más deferencia les trata.
            En realidad, y eso es una ventaja, no nos queda mucho donde elegir. O ponemos en marcha la máquina de fabricar independentistas, esta vez en modo turbo-Vox, o buscamos una fórmula que nos permita retener a los dos millones de catalanes que se oponen heroicamente a la independencia y  con un poco de suerte recuperar a algunos de  los muchos que se han visto arrastrados hacia ella.
            No hay color y el puente aéreo Tarradellas- Adolfo Suárez que unirá a partir de ahora Barcelona con Madrid tal vez  debería indicar  la senda que cabría  transitar para huír del precipicio al que según la prestigiosa revista TIME, nos dirigímos “…hurtling towards the brink”
            Por tanto no queda otra que remover la venda de prejuicios y odio que  impide ver lo sustancial. Lo  que traían por ejemplo, muchos diarios  en las portadas en las que se podía leer como la justicia condenaba a Ana Botella por el presunto desfalco en la vivienda social de Madrid y como el Gobierno acababa de subir el salario mínimo y actualizaba las pensiones. Urge poner el foco en lo que de verdad nos afecta a todos: en la educación, en la sanidad, en la dependencia. Hay que aventar con determinación la llama de la esperanza para que de nuevo prenda en el espíritu de la ciudadanía y dejar  al fin  sin coartadas a los farsantes y salvapatrias.
            En ningún sitio está escrito que estemos condenados a repetir la historia. Por una vez, démosle un quiebro. Aprovechemos, además que, contrariamente a la Ursula de “Cien Años de Soledad” que replicaba desafiante a Jose Arcadiosi es necesario que me muera para que se queden aquí, me muero”, estos lideres del Procés, afortunadamente no tienen  madera  de héroe ni mucho menos de mártir.; con un Puigdemon placidamente instalado en Bruselas y un Torra que el máximo sacrificio que ha estado dispuesto a hacer es privarse de las magdalenas de dos desayunos.
            Créanme, hay esperanza.

jueves, 6 de diciembre de 2018

"MALAMENTE" Diario INFORMACION de Alicante, 5 de diciembre de 2018


MALAMENTE




            Como la canción  de Rosalía, catalana que rapea el flamenco o a la inversa, los resultados que nos han deparado las elecciones andaluzas, más que malos han sido fatales. De alguna manera  se ha hecho bueno aquello de que, “todos la mataron y ella sola se murió”; aunque para  serles sincero la interesada ha dado mucho de sí, ( ERES aparte, claro).

            Cómo olvidar aquello de “lo quiero muerto” ( a Pedro Sánchez) cuando arropada el aparato  se las prometía muy felices sin reparar , Ay!, que lo que acaba contando es el voto de la militancia. O el “no voto”, la abstención, que en el caso que nos ocupa ha sido la que ha propiciado la hecatombe final.

            Lo que ha acabado por ganar es el hartazgo de unos y la desilusión de otros y luego está, claro, las bajas pasiones aventadas por la cuestión catalana, manejada de la peor manera posible por la incompetencia de la derecha y los complejos que la izquierda  arrastra en este asunto
 desde tiempos inmemoriales.

            No me extrañaría que a estas alturas siguiera Teresa Rodríguez buscando a todos los indignados del 15M que le dieron plantón, sin entender, y eso es lo realmente grave, que son ellos mismos, los abstencionistas, los que ya no se reconocen en su formación. Una formación que se ha doctorado ( y esta vez de verdad) en todas y cada una de las prácticas políticas que tanto denostaban  en los viejos partidos. Han sembrado  su corta trayectoria política de cadáveres de represaliados, aunque conserven al lobotomizado Errejón  que cada vez recuerda más al  Nicholson de “Alguien voló sobre el nido del cuco”. Han desarrollado con notable habilidad querencias pesebriles y convertido los círculos de antaño en un solitario  triángulo equilátero desde cuyo vértice superior se atisba el ceño  fruncido del líder espiritual, siempre presto a fulminar a todo quien ose no  bailarle el agua.

            Lo de la dacha  con estanque y piscina en cómodos plazos seguro que tampoco ha contribuido a insuflar  ánimos.

            Esos, y no otros son los mimbres con los que se han confeccionado estos tiestos. Doce ultras, doce, en el Parlamento Andaluz y una derecha política y sociólogica que se apresta a cobrar facturas o a emitirlas tras una travesía del desierto de décadas, porque por fin “les toca” a ellos.

            Y luego están los llantos, el rasgarse las vestiduras y el siempre teatral “no pasarán”, entonado, eso sí, con desgana, porque a estas alturas ya todos sabemos como se demuestra el movimiento y no se vislumbra la grandeza y generosidad que pudiera cerrar el paso a los camisas pardas. Es cierto que los andaluces han hablado, pero lo que realmente ensordece es el silencio de miles y miles de votantes de izquierda que han optado por quedarse en sus casas. Un cordón sanitario es urgente y la historia será implacable para quien en estos momentos tan decisivos opte por mirarse, una vez más, el ombligo; por no hablar del interés de su partido (el de Susana por si no ha quedado claro), en inminentes convocatorias electorales, para las que urge una regeneración  radical.

            Pero que no cunda el pánico, estamos en España, según Unamuno un país de “moridores”, que en el caso de la izquierda ascienden a la categoría de suicidas,( a la historia me remito), y nada de lo que debería hacerse se hará.

            Con todo, el peor parado acabará siendo “spiderman”, ese intrépido médico que ha llevado a Susana Díaz por la calle de la amargura con las continuas denuncias del sistema sanitario andaluz. Con la llegada de los probables nuevos inquilinos al Palacio de San Telmo y la implementación de sus políticas neoliberales,  no solo tendrá  que ir de brinco en brinco, como hasta ahora ; no habrá de tocar el suelo en cuatro años, con la que está por caerle (caerles a los andaluces).
           
            Eso si no acaba fulminado por TDT. Es archiconocida la debilidad  que  algunos ultras han demostrado a lo largo de la historia por los productos “gaseosos”.
           
            En fin, y volviendo a Rosalía: “mu mal,mu mal, mu mal”...