domingo, 24 de abril de 2022

"ARMAS QUE SON AMORES..."

De nuevo se toca a arrebato en Europa y suenan los tambores de guerra. En su suelo, hollado en mil batallas, se decide lo que pudiera ser, hoy más que nunca, el futuro de la humanidad. Porque aún con lo impredecible del final, podemos intuir que cuando se depongan las armas, nada será ya como antes . El Viejo Continente es ciertamente complejo y contradictorio. George Steiner europeísta convencido y premio Príncipe de Asturias, lo pondría negro sobre blanco en “La Idea de Europa”. En ningún sitio como aquí decía, se han cultivado las disciplinas más elevadas y trascendentes: la filosofía, las matemáticas, el pensamiento especulativo, la poesía, y sin embargo en pocos lugares el ser humano ha evidenciado mejor su condición de “ bípedo capaz de un sadismo indescriptible, de una ferocidad territorial, de todo género de codicia, vulgaridad con una acreditada debilidad por la matanza.” y siempre, añadía, de mano de “los odios étnicos, nacionalismos chauvinistas o reivindicaciones regionales”, nuestra eterna maldición, que en un plis-plas es capaz de retrotraernos a la Edad Media, Basta contemplar las fosas comunes, esta vez en suelo ucraniano, para colegir que lo que anda en juego es algo más que un par de provincias pro rusas en el oeste de Ucrania, cuyo nombre desconocíamos la mayoría hasta hace dos días. Entre las ruinas de las devastadas calles y plazas de Mariupol, Jarkov y Lugansk se están defendiendo en estos momentos los mismos valores por los que se peleara en las playas de Normandía hace ahora ochenta años. Putin llevaba años dopando a la Unión Europea con su gas natural y demás combustibles fósiles mientras preparaba la guerra. Tal era el letargo de los líderes occidentales que apenas pestañearon en 2014, cuando sus tropas invadieron Crimea, cabeceando como estaban a la sombra de las tuberías Nordstream I y II. Se abandonó a Ucrania como se hiciera antaño con Checoslovaquia. Las democracias occidentales, indolentes por naturaleza, arrastraban la asignatura de historia pendiente del siglo pasado y la han vuelto a suspender en el presente a primeras de cambio. Ahora solo queda rezar para que el precio a pagar no llegue ni a la infinitésima parte del abonado entonces. El mal se sabe que tiene en la desgracia e infortunio sus mejores aliados y encontraría en los destrozos de las sucesivas crisis, la urbanística primero, la financiera después con la pandemia como corolario, el terreno abonado. Los países del norte en su línea, no renunciaron a cobrar su “libra del carne” a los del sur y surgirían populismos de uno y otro signo, movimientos separatistas, el Procés y el Brexit entre ellos. Hoy sabemos que no hubo generación espontánea y los aventó la misma mano que hurgara también en las elecciones americanas. Divide y vencerás como reza el viejo lema. Y en estas estamos, con la suerte de Ucrania, que es la nuestra, en manos de un payaso, Zelenski, versión 3.0 del Churchill del siglo XX, que con idéntica gallardía y capacidad de comunicar, ha sabido erigirse como paladín en defensa de las libertades frente al sátrapa de turno; y lo mismo levanta la moral en los frentes de batalla, que insufla ánimo a su gente o aguijonea las aletargadas conciencias de las democracias occidentales. Si los vibrantes discursos del inglés se retransmitían en directo en la BBC, el ucranio se mueve como pez en el agua en las redes sociales y en las pantallas de plasma, el mejor atajo ahora a nuestras fibras más sensibles. En 1941 Hitler pospondría la operación “Sea Lion”, su plan para invadir Gran Bretaña, su último obstáculo. El 9 de febrero de 1942 Churchill se dirigiría en un vibrante discurso, con el estallido de las bombas en Londres como música de fondo, a un Roosevelt que acababa de ser reelegido para el cargo. Su ayuda era vital para pararle los pies al tirano “ We shall no fail no falter...we shall no weaken or tire(…). Give us the tools and we will finish the job”. (Ni fallaremos ni vacilaremos; ni flojearemos ni nos cansaremos. Dadnos las herramientas y terminaremos el trabajo). “Weapons, weapons, “weapons” (“armas, armas armas”), reclama ahora Zelenski ante las democracias occidentales medio paralizadas aún por el vértigo de unos acontecimientos, sin duda históricos. Toca cruzar los dedos y confiar en que como entonces, prevalezca el lado bueno de la historia, porque las distopías quedan mejor en las series de televisión. Ante cualquier duda basta observar la tristeza infinita en las miradas de los niños y niñas ucranianos que hemos empezado a acoger en nuestras aulas.

viernes, 8 de abril de 2022

SONRISA ETRUSCA

 

                                                       

"SONRISA ETRUSCA"


     Los del PP andan estos días alborozados porque tienen un nuevo líder. No es para menos. Un liderazgo respetado por todos no es cosa fácil y a menudo se ha de sudar y mucho la camiseta (que se lo pregunten al Peugeot de Sánchez).


        Los populares, no nos engañemos, hace tiempo que no lo tenían. Rajoy, por ejemplo, nunca lo fue ; con el aliento de Aguirre en el pescuezo tuvo que rescatarlo Camps, “ el Curita”, (para él Paco) en el congreso de Valencia. Allí fue donde el gallego le prometería estar siempre a su lado, y lo estuvo hasta que dejó de estarlo para salir escopeteado cuando la paella empezó a oler a “socarrat”. Lo propio haría  González Pons con Rita Barberá a quien se desgañita ahora reivindicando. La política, ya se sabe.


        Casado por su parte nunca despertó mucha confianza , entre otras cosas porque ni él las tenía todas consigo. Ese hablar atropellado, subido de revoluciones, siempre en la descalificación y el insulto. Todo le estaba grande.Pensar que podía acabar con la carrera política de Ayuso con una denuncia por corrupción en en un partido donde se formatean los discos duros de ex tesoreros a martillazos, es sencillamente haber perdido “el oremus”.¡Y luego dicen que los estudios no son importantes en la vida!


       Pero si hay un presidente del PP que resulta especialmente detestable es, sin duda Aznar , Cada vez más una encarnación de ese muñeco de guiñol que en su día le dedicaron. Un personaje de cartón piedra, sin sentido del ridículo alguno, ni con catalán en la intimidad, ni con acento tejano y botas sobre la mesa de Bush, pero sobre todo, sin vergüenza , entre otras cosas por las mentiras que difundió sobre los atentados del 11 M y porque a duras penas disimuló su intención de crear un estado de emergencia y retener así el poder cuando lo sabia perdido , porque conocía una verdad que negaba a los ciudadanos.


      Al final el más simpático va a resultar ser su fundador, Fraga Iribarne, ex ministro del mismísimo Franco. Igual es porque no llegó a mandar, en democracia, claro , que ya mandara bastante en la dictadura. Los berrinches que cogía a primeras de cambio resultan ahora hasta simpáticos, con la mala baba que se gastan algunos en estos momentos. Y después, ya en su feudo de Galicia, del que Feijó sería heredero, hacía lo que le venía en gana, sin que nadie le rechistara, como cuando recibió al mismísimo Fidel, y todos en primer tiempo de saludo


    Ahora ya se las prometen felices. El candidato ideal, aseguran. Un hombre templado, moderado, según dicen. Tres mayorías absolutas, tres, que se dice pronto. Y se les hace a todos la boca agua porque de sobra es conocido lo que puede dar de sí el binomio de PP y mayoría absoluta. 


     Y luego está la seriedad del candidato. Es la “gravitas” personificada,mirada en modo alerta, el ceño ligeramente fruncido del que está en temas trascendentes. De ninguna forma tiene el sentido de humor de Rajoy, del que diera buena muestra en el congreso de su entronización, cuando aseguró sin ruborizarse que estaba llamado (Feijó) como futuro presidente de un gobierno popular, a salvar al país una tercera vez. No, Feijó no es así, que nadie es perfecto.


     Pensándolo bien lo más parecido a una sonrisa que le he visto esbozar nunca está, mira por donde, en las fotos en las que aparece a pecho descubierto en la lancha del narco gallego Marcial Dorado.Hay fotos”, “hay fotos”, clamaba Echenique en el congreso refiriéndose a estas instantáneas , sin achantarse ante el vocerío popular comparable a una estampida de “ñus”, cuando les tocan la moral.


   Pero “haberlas haylas” (fotos, digo) , igual que meigas en su Galicia natal, y para su desgracia en este caso no habrá martillo que valga. Así que miren ustedes y juzguen