miércoles, 13 de mayo de 2015

“ NOSALTRES ELS VALENCIANS” (DIARIO INFORMACION DE ALICANTE, 13 DE MAYO DE 2015) Ya lo decía Ortega, “toda realidad que se ignora prepara su venganza.” y cuando a finales de los ochenta la justicia decidiera pasar por alto las grabaciones en las que Zaplana y otros destacados miembros del PP se quitaban la careta en el Caso Naseiro, se pondría en marcha el estallido en diferido ( que diría Cospedal) de la bolsa de pus que ya entonces era el Partido Popular y que amenaza ahora, veinte años después, con ahogarnos a todos en un tsunami pestilente de inmundicia y podredumbre. En apenas tres años el de Cartagena arrebataría la alcaldía de Benidorm, moción de censura mediante a un Catalá Chana, que nunca se recuperó del todo de un esperpento que crearía escuela y sentaría las bases para futuras réplicas (pongamos que hablo de Madrid ). Tras nueve meses en la alcaldía de Benidorm, que es lo que debe durar todo embarazo que se precie , aparecería un buen día ardiendo “por los cuatro costados” la que hasta la fecha se había considerado “ la mayor pinada del mediterráneo” y que con el tiempo se habría de transformar en la mayor chapuza y trapacería, no ya del Mediterráneo sino del mundo entero: “Terra Mítica”, el nombre ya prometía; que se edificaría deprisa y corriendo tras declarar Zaplana , esta vez como Molt Honorable President, de interés comunitario, el ruinoso proyecto levantado sobre las cenizas aún calientes que cubrían los terrenos antaño protegidos de Serra Cortina. Doscientos millones de euros de dinero público quedarían enterrados tras un montón ingente de facturas falsas y marrullerías diversas, como la de poner al frente de empresas ficticias a algún pobre indigente, porque a imaginación en la desvergüenza no hay quien les supere. Tenían, todo hay que decirlo. el terreno que les había dejado expedito una izquierda ocupada en el navajeo secular que le caracteriza y que si bien la ha mantenido más de veinte años en la oposición, ha permitido a los cuatro mas avezados de siempre momificarse plácidamente en las poltronas del senado por mucho que se les saque de paseo, casi siempre en periodo electoral, para exorcizar cualquier eventual intento de renovación entre sus filas Pero el viento a principios de los noventa soplaba a su favor. Eran “reyes del mambo” y a fuerza de faraónicos proyectos, todos ruinosos para el erario público, se financiaron partidos y se engordaron cuentas en Suiza mientras nos hacían creer que éramos los elegidos, el modelo a seguir. Rus lo expresó con la misma soltura con la que sabemos ahora que cuenta el dinero: “Dije que traería la playa y me creyeron: ¡ Serán burros!. Y vaya que lo fuimos. La penitencia que tendremos que asumir tendrá dimensiones bíblicas. Como en aquellos terribles castigos de las sagradas escrituras acabaremos pagando justos por pecadores y sus secuelas se extenderán hasta nuestros hijos y nietos dada la cantidad ingente de platos rotos y deudas generadas: el entramado financiero dinamitado, una industria desmantelada , un sector de servicios capaz sólo de ofrecer trabajos en precario y en cantidad insuficiente, una clase empresarial servil y plañidera y como guinda una universidad asfixiada que contempla impasible el cúmulo de “chorradas “ y disparates que se suceden en el campo de la educación, sin que hayamos oído decir “ni mu” a las facultades de pedagogía, pongamos por caso. ¿ No les parece extraño?. Dudo mucho que ni siquiera Joan Fuster, de levantar la cabeza, se atreviera a proferir aquello que escribiera en el prólogo de Nosaltres els Valencians, “ Encara hi ha fe a Israel”, si consideramos el resultado que les dan las encuestas a los `populares en la Comunidad Valenciana, donde continuan siendo la fuerza más votada con todo lo que ha caído, y que sitúan como figura clave en la configuración de un futuro gobierno a un personaje tan inquietante y oscuro como Carolina Punset. No todo ha sido en vano sin embargo. No hace tanto nos enterábamos perplejos de que aquel que en los noventa bebiera los vientos por un Opel Mantra en las desestimadas grabaciones y a quien el alcalde socialista de Benidorm Agustín Navarro, concediera en un acceso de ” lucidez” la medalla “por su actividad pública al servicio de la Constitución”, a fuerza de pasearse en coche oficial había sido multado por olvidarse de renovar el carnet de conducir, como el resto de los mortales y que al parecer había tenido caducado durante años. Por eso, no estaría de más, cuando estamos en vísperas de depositar nuestro voto de nuevo en unas municipales y autonómicas que pueden ser tan decisivas como las primeras tras la dictadura franquista, dadas las circunstancias , que recordáramos las palabras de Churchill cuando decía aquello de que “ cada pueblo tiene a los gobernantes que se merece”. Veremos-

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