La noticia del traslado del misionero español infectado de Ebola me sorprendió en Noruega, donde solemos acudir cada verano a pasar unos días con familiares y amigos de Siri, mi mujer.
El hecho en modo alguno pasó desapercibido para nuestros amigos y recuerdo la preocupación con la que la jefa de prensa de la compañía Shell en Noruega reaccionó ante el alcance y repercusiones que la repatriación de un infectado por el temible virus podía tener, ya no para España, sino para toda Europa.
Los motivos humanitarios que bien intencionadamente se pueden alegar no tienen un pase si no queremos caer en la incoherencia o racismo simple y llanamente, porque si es humanitario para unos , debería serlo también para los otros. Lo sucedido con la religiosa abandonada a su suerte en Africa y solo repatriada cuando se supo que habría sobrevivido para servirse de su suero y anticuerpos, pasará a los anales de la historia como una de esas vilezas injustificables a las que nos va teniendo ya acostumbrados este gobierno del Partido Popular , tan dado a ensañamiento con los más débiles e indefensos.
La preocupación de la periodista noruega se bubiera trastocado en terror de haber sabido en manos de quien está la cartera de sanidad del gobierno español. Es cierto que hay bien pocos en el gabinete de Rajoy capaces de despertar un mínimo de simpatía en el común de los mortales, empezando por él mismo, pero esa sórdida mezcla de prepotencia y falta de escrúpulos de la que hacen gala la gran mayoría de ellos en sus respectivas ejecutorias de gobierno: ley del aborto, código penal, copagos , medicamentazo y sobresueldos se trastoca en un hedor insoportable conforme nos acercamos a la figura política de Ana Mato.
Qué se puede esperar de alguien casada en uno de los imputados en el caso Gurtel alega ignorancia en una serie interminable de circunstancias de las que ella misma fue principal beneficiaria: suzukis swift, fiestas infantiles rodeadas de boato y lujo asiáticos (mientras niega el tratamientos para el cáncer a niños que lo precisan), viajes, coches ; de alguien pasa como de puntillas por el hecho de que durante todo ese tiempo en el que su marido estuvo trapicheando con los de Gurtel, financiadores probados del PP, ella era su Vicesecretaria de Organización, con un papel estelar en el congreso de Valencia, aquel de “Paco ( Francisco Camps) siempre estaré detras de tí, o delante o a tu lado”. Sin olvidar las acusaciones de analfabetismo a los niños andaluces, sin duda menos afortunados que los suyos propios ( o no visto el “percal” y su particular escala de valores).
Durante los interminables años de gobierno popular en España, han dado muestras más que sobradas de todo aquello que son capaces de hacer. Se han entregado con los cinco sentidos a desmontar a contra reloj los principales pilares del incipiente estado del bienestar que se intentaba instalar en nuestro país contra viento y marea, con especial ensañamiento en la educación pública , la sanidad y dependencia, áreas que han abierto como negocio a sus amiguetes y/o empresas afines ( miren si no el caso de Cotino) Han sembrado de mil obstáculos el acceso a la educación de los hijos de las familias más desfavorecidas, alejado el acceso a la justicia al común de los mortales, endurecido draconianamente las penas para aquellos que osen levantar la voz (por si acaso) y desperdigado por los cinco continentes a la juventud mejor formada que jamás haya tenido nuestro país; y todo esto mientras nos metían la mano en el bolsillo a todos los españoles para rescatar los bancos y cajas que horas antes habían hundido sus enchufados a fuerza de tarjetas opacas y más que negras gestiones.
A partir de ahora, con la impagable ayuda de la señora Mato, que hace honor a su apellido, al parecer se disponen a aplicarse con la misma dedicación a arrasar con el único sector de la maltrecha economía española que había venido aguantando el temporal y en el cifrábamos todas nuestras esperanzas de recuperación: el turismo.
Los efectos de una eventual propagación del ébola en un goteo de casos relacionados con el que se acaba de dar ahora, pueden ser totalmente devastadores para este sector clave en la economía española, como a su vez debieran serlo , los efectos, me refiero , esta vez a nivel electoral, para aquellos que en esta ocasión han ido mucho más lejos de una simple y llana incompetencia.
La irresponsabilidad en la que han podido incurrir puede ser inabarcable; “planetaria”como diría alguien. Pero por supuesto, nada me alegraría más que estar equivocado, todos saldríamos ganando. El tiempo dirá.
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