Como en el evangelio según San Juan, al principio existía Benidorm. Es verdad que no estaba junto a Dios, pero sí a orillas del Mediterráneo, que para el caso es lo mismo porque, y esto sí es literal aunque parezca una frase de Rajoy, “por medio de él se hizo todo y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho”.
La historia Benidorm a grandes rasgos se podría contar brincando de las sagradas escrituras a los versos paganos de Homero. ¿O es que no fue una odisea la de su alcalde Pedro Zaragoza al Palacio del Pardo para conseguir de Franco bula para el topless en sus playas?. Es verdad que fue en vespa y no en velero, pero cualquiera que haya conducido el scooter convendrá en que eso no haría más que añadir épica al trayecto.
Ya con el placet del Dictador caerían tops y sujetadores en la canícula estival y comenzaría el diluvio de maná, -divisas y recaudación por IVA- , incesante hasta nuestros días.
Y sin embargo Benidorm no ha dejado de ser un gran incomprendido a quien miraban por encima del hombro aquellos a quienes minutos antes había contribuido a enriquecerse. Sólo últimamente, cada vez con menos complejos, se ha empezado a reconocer la injusticia. De repente resulta que su denostado urbanismo igual no está tan mal, que consume menos recursos, es más sostenible, cool incluso, y empiezan a proliferar como setas artísticas instantáneas de su incomparable Skyline. Cosas de la vida.
Pero además es que Benidorm jugó un decisivo papel en erradicar los últimos reductos de caspa post franquista y , a falta de Erasmus, contribuyó decisivamente en el aprendizaje de idiomas en las pistas de baile de sus orgiásticos templos , Bacus Garden, Penélope y Pachá entre otros.
Con todo, su verdadero mérito, aquel por el que sin duda habrá de pasar a los anales de la historia está en la resiliencia de la que ha hecho gala, no ya para sobreponerse a las razzias de los berberiscos en los siglos XV y XVI, sino para sobrevivir a una clase política que ha dirigido sus destinos carente de ambición y experta en vuelos gallináceos .Eso en el mejor de los casos porque en el peor tenemos a quienes lo convirtieron en la zona cero de la corrupción del País Valenciano.
Pero si hemos de ser justos en el reparto de responsabilidades convendremos en que el Partido Popular gana por goleada. El PSOE de Catalán Chana nunca levantó cabeza tras la moción de censura que encumbró a Zaplana a la alcaldía, para infortunio de todos, el suyo incluido y cuando la intentó levantar protagonizando, esta vez ellos, otra moción , más les hubiera valido permanecer en posición horizontal por lo que siguió después . Ya lo dejó dicho Mark Twain, “Es mejor no abrir la boca y pasar por tontos que abrirla y despejar las dudas”. Aún están pagando las consecuencias en la oposición.
Alguien podría pensar que se aprende de los errores pasados o que la juventud es garantía de progreso en política, eso que se dice de las luces largas. Grave error. Si hace nada nos enteramos de que se habían vertido aguas fecales en el Parque Natural de Serra Gelada ( A Serra Cortina se le pegó fuego) , acto seguido volveríamos a las andadas del engaño: no había autorización de la Conselleria de Medi Ambient como aseguró el Alcalde , el mismo Toni Pérez a quien acabo de escuchar empleándose a fondo contra el gobierno de Sánchez por la ampliación del aeropuerto de Alicante (que no digo que no haga falta), cuando hasta hace nada tenía la estación de autobuses de la Nueva York del Mediterráneo, que más parecía una émula de la de la devastada Mariúpol y con la gestión concedida a quien en 2016 reconoció haber financiado a su partido.
En fin que vistas las cosas no le hace falta a Benidorm visitas de cortesía de berberiscos y piratas porque puede que hasta figuren ya en su padrón municipal, y si a pesar de todo sigue luciendo tan bien, sólo puede deberse a la indiscutible contribución de la Mare de Deu del Sofratge que, como muchos de nosotros, tiene debilidad por esta ciudad
I per molts anys!!!