domingo, 18 de agosto de 2024

"ODA A BENIDORM"


    Como en el evangelio según San Juan, al principio existía Benidorm. Es verdad que no estaba junto a Dios, pero sí a orillas del Mediterráneo, que para el caso es lo mismo porque, y esto sí es literal aunque parezca una frase de Rajoy, “por medio de él se hizo todo y sin él no se hizo nada de lo que se ha hecho”.

    La historia Benidorm a grandes rasgos se podría contar brincando de las sagradas escrituras a los versos paganos de Homero. ¿O es que no fue una odisea la de su alcalde Pedro Zaragoza al Palacio del Pardo para conseguir de Franco bula para el topless en sus playas?. Es verdad que fue en vespa y no en velero, pero cualquiera que haya conducido el scooter convendrá en que eso no haría más que añadir épica al trayecto.

    Ya con el placet del Dictador caerían tops y sujetadores en la canícula estival y comenzaría el diluvio de maná, -divisas y recaudación por IVA- , incesante hasta nuestros días.

    Y sin embargo Benidorm no ha dejado de ser un gran incomprendido a quien miraban por encima del hombro aquellos a quienes minutos antes había contribuido a enriquecerse. Sólo últimamente, cada vez con menos complejos, se ha empezado a reconocer la injusticia. De repente resulta que su denostado urbanismo igual no está tan mal, que consume menos recursos, es más sostenible, cool incluso, y empiezan a proliferar como setas artísticas instantáneas de su incomparable Skyline. Cosas de la vida.

    Pero además es que Benidorm jugó un decisivo papel en erradicar los últimos reductos de caspa post franquista y , a falta de Erasmus, contribuyó decisivamente en el aprendizaje de idiomas en las pistas de baile de sus orgiásticos templos , Bacus Garden, Penélope y Pachá entre otros.


    Con todo, su verdadero mérito, aquel por el que sin duda habrá de pasar a los anales de la historia está en la resiliencia de la que ha hecho gala, no ya para sobreponerse a las razzias de los berberiscos en los siglos XV y XVI, sino para sobrevivir a una clase política que ha dirigido sus destinos carente de ambición y experta en vuelos gallináceos .Eso en el mejor de los casos porque en el peor tenemos a quienes lo convirtieron en la zona cero de la corrupción del País Valenciano.

    Pero si hemos de ser justos en el reparto de responsabilidades convendremos en que el Partido Popular gana por goleada. El PSOE de Catalán Chana nunca levantó cabeza tras la moción de censura que encumbró a Zaplana a la alcaldía, para infortunio de todos, el suyo incluido y cuando la intentó levantar protagonizando, esta vez ellos, otra moción , más les hubiera valido permanecer en posición horizontal por lo que siguió después . Ya lo dejó dicho Mark Twain, “Es mejor no abrir la boca y pasar por tontos que abrirla y despejar las dudas”. Aún están pagando las consecuencias en la oposición.

    Alguien podría pensar que se aprende de los errores pasados o que la juventud es garantía de progreso en política, eso que se dice de las luces largas. Grave error. Si hace nada nos enteramos de que se habían vertido aguas fecales en el Parque Natural de Serra Gelada ( A Serra Cortina se le pegó fuego) , acto seguido volveríamos a las andadas del engaño: no había autorización de la Conselleria de Medi Ambient como aseguró el Alcalde , el mismo Toni Pérez a quien acabo de escuchar empleándose a fondo contra el gobierno de Sánchez por la ampliación del aeropuerto de Alicante (que no digo que no haga falta), cuando hasta hace nada tenía la estación de autobuses de la Nueva York del Mediterráneo, que más parecía una émula de la de la devastada Mariúpol y con la gestión concedida a quien en 2016 reconoció haber financiado a su partido.


En fin que vistas las cosas no le hace falta a Benidorm visitas de cortesía de berberiscos y piratas porque puede que hasta figuren ya en su padrón municipal, y si a pesar de todo sigue luciendo tan bien, sólo puede deberse a la indiscutible contribución de la Mare de Deu del Sofratge que, como muchos de nosotros, tiene debilidad por esta ciudad

I per molts anys!!!

"EL TIEMPO, GRAN ESCULTOR·








“EL TIEMPO GRAN ESCULTOR” 

(Diario Información de Alicante, 29/07/2024)



 

Un año más se ha celebrado en L’Alfàs del Pi un  homenaje recordando a las víctimas de los  atentados en Oslo y en Utøya  en virtud de los  lazos que durante décadas nos unen con los ciudadanos de ese país. Un acto solemne e íntimo porque la mayoría de los residentes regresan a su país para disfrutar de los incomparables aunque fugaces veranos escandinavos.

Hace trece años el DIARIO INFORMACIÓN tuvo a bien publicarme un artículo en el que plasmaba las impresiones de los atentados en Oslo, donde llegué escasas horas después de la tragedia. Concluía con “ El tiempo dirá”, aludiendo al titánico esfuerzo que la sociedad noruega tendría que hacer para comprender cómo podía haber sucedido un acto tan monstruoso y sobretodo, el hecho de  que el perpetrador fuera alguien incubado al calor de su envidiado estado del bienestar: uno de los suyos.

A trece años vista en mi opinión como se suele decir, los noruegos  han hecho los deberes. La extrema derecha no tiene representación en las instituciones del país y ni se le espera, aunque nadie está a salvo de los lobos solitarios. 

Los jóvenes socialistas que sobrevivieron en la Isla  en su gran mayoría, tras curar cuerpos, y en la medida de lo posible, sus almas, han venido llevando a cabo una especie de apostolado por centros educativos y medios de comunicación en lo que se ha demostrado ser una efectiva campaña de vacunación masiva contra el odio y la intolerancia  que siempre ha caracterizado a la extrema derecha.

Lo  mismo cabe decir de los principales partidos que desde el principio entendieron lo vital que es para el país no hacer un uso partidista de los luctuosos sucesos.

Y luego está, claro, el recuerdo anual a las víctimas, sentido y solemne, celebrado a lo largo y ancho del país, que une a todos los noruegos, al margen de su edad e ideología en un proyecto común, hacer frente a la barbarie del fascismo.

Un emocionado y joven pastor noruego  nos dirigió unas palabras este año a los congregados para el acto  en el Parque en honor al sociólogo y mediador por la paz Johan Galthung, recientemente fallecido.Nos confesaba haber perdido a más de 50  amigos  a manos del asesino ultraderechista en Utøya, la isla con forma de corazón.Después relataría una visita con su padre y su hijo de corta edad y cómo al primero se le  encogía el alma, pensando en lo que fácilmente podría haberle ocurrido a su hijo, mientras el segundo jugaba ajeno a la tragedia poniendo el dedo en los agujeros que las numerosas balas habían dejado en los troncos de los árboles,  ajeno aún a la tragedia.

Noruega pues parece avanzar hacia un futuro esperanzador. 

¿Pero qué es lo que ha dicho el tiempo para el resto de nosotros? Marguerite Yourcenar decía que el tiempo es un gran escultor. Si hemos de ser sinceros los perfiles que ha esculpido tanto para nuestro país como para el continente europeo ( del resto mejor no hablar), están llenos de peligrosas aristas.

¿Quién en 2011 hubiera podido pensar que en poco más de una década llegaría la extrema derecha no solo a las instituciones, sino a los gobiernos de centenares de municipios y algunas comunidades autónomas?. La ruptura de ahora es un paripé,  dado que siguen imponiendo agendas y apuntalando gobiernos. 

¿Quién hubiera podido imaginar a un líder de un partido democrático exigiendo el envío de la Armada contra las pateras de desahuciados del tercer mundo aventando algunas de las peores pasiones que puede incubar el ser humano?

En su libro “Europa, una historia personal”,  el  historiador británico Timothy Garton Ash, nos habla del entusiasmo y optimismo con que vivió la reconstrucción de la Europa tras la guerra y la conformación posterior del proyecto europeo. Sin embargo el tono no puede contrastar más con el que se desprende de uno de sus últimos artículos, “¿Un orden que se desmorona?” (El País, 22/07/24) . El título lo dice todo.

También a la revista TIME le inquieta el auge de la extrema derecha en el viejo continente a duras penas exhortizado en las últimas elecciones de Francia y pone el dedo en la llaga; lo que llama “The Invisible Third” ( los terceros invisibles).  Aquellos que no se sienten interpelados por los discursos políticos oficiales, los ignorados sin silla en la mesa, jóvenes en su mayoría y cuyo voto en consecuencia no se puede presuponer.


Pintan bastos pues. Mientras tanto en la Comunidad Valenciana siempre tendremos a Carlos Mazón, que ha prometido regar las semillas que ha plantado Vox. No estaría de más que fuera más preciso,... si se atreve.