“MANERAS DE VIVIR” El programa Estudio 1 en mi infancia era como una ventana por
la que entraba algo de luz en el blanco y negro que imperaba en aquella
constreñida España del franquismo. Gracias en la cita semanal a la que convocaba
a toda la familia nos acercaríamos al teatro en obras de autores tanto
nacionales como foráneos y, a toro pasado, estoy convencido de que acabó por
sembrar en nuestros espíritus, mucho de lo bueno de lo que seríamos capaces de
evidenciar años más tarde , a inicios de la democracia. Su éxito estuvo
cimentado en buena medida en el magnífico elenco de actores y actrices que en
sus obras se prodigaban. Dos de los más carismáticos qué duda cabe serían Paco
Rabal y el recientemente desaparecido Juan Diego. Poco imaginaba yo por aquel
entonces, que décadas después acabaría conociendo al primero, cuando viniera a
L’Alfàs del Pi en una semana del libro junto a su esposa Asunción Balaguer,
siendo yo responsable del área de cultura. Era un Rabal ya crepuscular, pero
como se sabe. son en esas horas del día cuando se destilan los mejores destellos
y tonalidades cromáticas. Y así, cuando en una charla que se organizó, alguien
le halagara su magnífica interpretación de Azarías en la película de Camús, “Los
Santos Inocentes”, él se quitó de en medio elegantemente. El mérito en realidad
era de Juan Diego, afirmó,que siendo un tío “cojonudo”, bordó la interpretación
del señorito Ivan, un “hijo de puta”, según su intérprete. Por desgracia no
llegué a conocer a Juan Diego, pero cuando escuché lo de su muerte apurando el
primer café de la mañana, alcancé a oír ya de camino al Instituto lo que alguien
(me parece que Botto) referiría sobre su filosofía vital, que ”al mundo ,
habíamos venido a ser felices y que no había de derecho a convertirnos de
repente en unos desgraciados porque un puñado de mamones hubieran decidido
llevárselo crudo”. Una frase rotunda como pocas que me asaltaría quince minutos
más tarde, al divisar la majestuosa figura de Ifach recortándose en el azul del
horizonte. Y es que en pocos lugares se han tenido mejores condiciones para la
felicidad que en nuestra tierra y en ninguno me atrevería a decir, se ha llevado
a cabo un saqueo tan prolongado y sistemático como al que se nos ha sometido
aquí. Lo de la la cantidad de “mamones” generada es lo de menos. A fin de
cuentas no hay más que ver los documentales de La 2 para constatar que los
depredadores siempre van donde hay qué rascar. Lo que realmente notable es las
más de dos décadas en la que sus víctimas les hemos ofrecido sumisas el
pescuezo. Aunque puede que el máximo ideólogo de la etapa popular, el ex alcalde
de Xàtiva Alfonso Rus tuviera razón cuando postuló su conocida teoría : “ Dije
que traería la playa y me han creído. ¡Serán burros!, Las encuestan señalan una
subida en intención de voto para la derecha, justo ahora cuando se empiezan a
“desfacer” algunos de sus mayores entuertos: las ITV, que volverán a ser
públicas, como ya lo son algunos hospitales y la gestión de pruebas diagnósticas
y los estudios de medicina, - y esto sí es justicia histórica- vuelven a la
Universidad de Alicante, de donde jamás tendrían que haber salido. Cada uno de
estos entuertos se perpetraron en detrimento de nuestro bienestar y en beneficio
de los “mamones” a los que se refiriera Juan Diego. Es cierto que se ha tardado
mucho en la reparación, que la justicia es insufriblemente lenta y en ocasiones
se queda corta y que el relativismo moral y su post verdad difuminan el perfil
de la maldad. Pero, realmente ¿no habremos aprendido nada? . A Juan Diego se le
despidió en una sencilla ceremonia en el Teatro Español. Lágrimas, algún puño en
alto y el desgarrado canto de Estrella Morente, inacabado por la emoción que
acabó por contagiarme. Al final, como se sabe, más que de llevarse, se trata de
lo que dejemos tras nuestro paso. Cariño y reconocimiento y admiración en el
caso de Juan Diego, sin duda un tío “cojonudo”, como decía Rabal , y un actor
inmenso. Hay otros, los de la tierra quemada, que parecen no haberse percatado
que ya no se estilan las pirámides para atiborrar a su alrededor todo lo
chorizado a sus semejantes Aunque bien pensado ,si buscan reconocimiento,
siempre se les podría despedir con el famoso ”hit” del ínclito Rus “mil,
dos mil, setge mil euros…, vint milions de peles”, que Iglesias (Julio), no está
ya para trotes.