“PONGAMOS QUE HABLO DE MADRID”
Joan Coscubiela acaba de publicar un libro. El veterano político y sindicalista lo presentaba el otro día en un canal de televisión. Con gesto grave desgranaba la tesis de su obra; la pandemia no ha hecho sino evidenciar las contradicciones del capitalismo. Sus grandes vías de agua estaban ya presentes antes del COVID 19, aunque se hayan agrandado hasta extremos imposibles y proponía soluciones. En un momento donde imperan el eslogan, la frase ingeniosa o las “fakenews” con la mirada perdida de Ayuso, Coscubiela parece de otra galaxia.
Le recuerdo con el mismo gesto grave plantando cara a pecho descubierto a los independentistas en la la proclamación de la república catalana, auténtica charlotada con aborto en diferido. Su argumentación fue irrefutable y claro, él, que en alguna intervención consiguiera la proeza de unir en sus aplausos a toda la oposición en ese foro democrático, después de mostrar su voto negativo, terminaría por dejar la política.
Conserva sin embargo la ilusión del demócrata de verdad, el compromiso del activista sindical y emplazaba a los partidos de la izquierda a dar la batalla por Madrid, donde tanto nos jugamos de nuevo, y de hacerlo precisamente ante los perdedores de esta crisis. Falta harían allí, en Madrid, algunas de las cualidades que el ex parlamentario catalán atesora. Porque pintan bastos, para una izquierda fragmentada , mal avenida y cogida a contrapié en tiempo de descuento.
Con un candidato, Pablo Manuel, sobrevenido en un doble salto mortal, descapitalizado en lo moral, (que no en lo material) , que difícil tendrá vender su evangelio a quien a duras penas puede hacer frente al recibo de la luz y otro, Gabilondo, curado en salud al autoproclamarse soso, y al que los comicios le han hecho la puñeta. Se veía ya con un pie en otros menesteres más acordes con su talante, poco adecuado a lo que se ve para el ejercicio de la oposición por muchas facilidades que se le hayan dado. Y luego nos queda Más Madrid, que a pesar de las calabazas con que despachara a Iglesias resta por ver lo que dará
de sí con un Errejón encogido a la sombra.
Sin duda Madrid es un caso de estudio. La que en su día fuera símbolo de la resistencia antifascista en nuestra contienda”incivil” y último bastión en caer, ha acabado por convertirse en la zona cero de la corrupción del Partido Popular . Décadas llevan ya hollando el celebérrimo “No pasarán”, porque marrullerías aparte, con todo lo que ha caído (y está por caer ) no hay quien les saque de las instituciones, y todo no puede ser mérito suyo.
La solución está clara, animar, movilizar insuflar esperanzas en soluciones desde la política para que los más golpeados , pese a su abatimiento se acerquen a las urnas .Y aquí precisamente se echa de menos a políticos de una pieza como el ex parlamentario de Iniciativa per Catalunya-Els Verds, con su discurso, pero sobre todo con su coherencia y ejemplo personal, porque en contraste con su figura y ejecutoria política , nos topamos con un escenario que trae a mi memoria unos inquietantes versos de Yeats, “Los mejores carecen de toda convicción mientras los peores rebosan de una apasionada intensidad (“The best lack all conviction while the worst are full of passionate intensity” William Butler Yeats “The Second Coming “)
Puede que Ayuso, como proclaman en sus escaparates, a algunos haya dado la vida. Ninguna novedad, ya se la dio en su día al perrito de Aguirre; ahora urge enseñarle la puerta de salida, porque la evolución de la Comunidad con cuatro años más en su presidencia, viene como la etimológica premonición que desprende su propio apellido, aunque difícil está caer mas bajo
Que la suerte nos sea propicia a todos porque si Madrid se resfría puede que a todos nos dé por estornudar.