sábado, 3 de marzo de 2012

De las ovejas y de sus parejas.











    




    Creo que  ya he dejado dicho en este Blog que los  dirigentes el Partido Popular no se han cansado de dar muestras de algo que , por lo menos a mí, me resulta especialmente inquietante: si son malos en la derrota, aún lo son peor en la victoria.
Apenas han visto a los ciudadanos expresar su indignación en la calle, se han apresurado a rasgarse las vestiduras y a acusar al Partido Socialista, (el pobre, medio sonado aún por el varapalo electoral), de andar urdiendo no se sabe muy bien qué tipo de conspiraciones contra el destino universal de nuestra patria.
Y eso lo dicen ellos,  que  no han dejado de encontrar pretextos para blandir las más diversas pancartas para darle en el hocico a Zapatero.
Por eso me ha gustado Rubalcaba. Siempre lo ha hecho. Allá donde ha estado ha dejado muestras de su rigor , eficiencia y buen hacer.Ha estado ágil y certero cuando les ha soltado que también los populares han desfilado en las calles amparando a la conferencia episcopal. Rubalcaba por su parte, dice que lo hace con los suyos, los sindicatos, los representantes de los trabajadores.
Cuando la derecha conservadora sin el más mínimo atisbo de vergüenza sitúa a un Fiscal General que se niega a  recurrir la sentencia contra Camps y sin embargo,  en su lugar,  da  pábulo a los desvaríos de los tertulianos más cavernícolas aventando desquiciades teorías de conspiraciones  sobre los atentados del 11-M; cuando se situa en los más alto del organigrama de Hacienda a alguien que tuvo que dimitir por las filtraciones  en la Comisión Nacional del Mercado de valores, ¡¡para que luche contra el fraude!!, cuando se nombra ministro de defensa a un empleado de una firma armamentística que fabricaba las bombas racimo y que ha denunciado  a España por firmar el tratado de no proliferación reclamandole 40 millones  de euros, ( por el lucro cesante, probablemente) o cuando se sitúa como ministro de hacienda a un ex empleado de Lehman Brothers, cuando todo esto sucede, digo, es reconfortante que el Secretario General del Partido Socialista se precie de estar junto a los sindicatos, y no se haya arredrado ante las andanadas envenenadas de este "González Pons" de nuevo cuño ,( un tal Floriano, creo)
Queda por esperar que lejos de una réplica ocurrente e ingeniosa, la frase corresponda a un proceso de rearme moral e ideológico, fruto de las reflexiones que la debable electoral  debiera de haber producido en cualquier organización política con una mínima vocación de pervivencia.
No es la primera vez que algo parecido le sucede al PSOE, (o a todo hijo de vecino, por extensión). Cuando nos vienen mal dadas, cuando hemos tocado fondo, los únicos  que verdaderamente siguen a nuestro lado son los nuestro, nuestros familiares más allegados, nuestros verdaderos amigos...los que realmente nos aprecian : los  nuestros.
La travesía del desierto para los socialistas, que se adivina larga y atribulada, debería servir para hacer propósito de la enmienda, ver dónde están ahora todos aquellos a los que tantos favores se les hizo con la esperanza inútil de congraciarse con ellos, aún a costa de hacer el ridículo a pocas horas de cesar en el cargo

Y si todo esto le resulta a alguien demasiado complicado, bastaría con echar un vistazo a las siglas del Partido. No se me ocurre GPS mejor.